En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Señor Jesús,Tú que venciste al pecado, a la muerte y al infierno,hoy me acerco a Ti con un corazón arrepentido y confiado. Creo que Tú eres el Hijo de Dios vivo,el Verbo eterno del Padre, hecho hombre por mi salvación.
Tú sufriste, moriste y resucitaste para liberarme del poder de las tinieblas.
Hoy reconozco que solo en Ti hay vida, verdad y salvación.
Por eso, renuncio solemnemente a toda forma de brujería, a los pactos ocultos, a los maleficios, conjuros, hechizos, amuletos, lecturas esotéricas, supersticiones, espiritismo y a toda práctica que invoque fuerzas o espíritus ajenos a Ti.
Renuncio a toda alianza consciente o inconsciente con el enemigo, a toda palabra, pensamiento o acción que haya abierto puertas al mal.
Rompo en tu nombre, Jesús, toda cadena, toda maldición,toda influencia que no venga de tu Espíritu Santo.
Creo, Señor, que Tú eres mi único Salvador.
Creo que en tu cruz se ha cumplido mi liberación.
Creo que tu sangre preciosa me limpia, me cubre y me protege.
Así como enseñó san Ireneo, confieso con fe:
“Solo hay uno y el mismo: Cristo Jesús, el Hijo de Dios, que nos reconcilió con el Padre,venció la muerte y nos dio nueva vida.”
Por eso te adoro, Jesús, verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento.
Tú eres mi médico divino, mi defensor y mi amigo fiel.
Me acerco a Ti con amor de hija,como quien visita a su Padre,para que renueves mi alma y me llenes de tu Espíritu Santo.
Sella mi mente, mi cuerpo y mi corazón con tu sangre redentora.
Llena mi casa con tu presencia y expulsa toda sombra del enemigo.
Te entrego mi vida, mis pensamientos y mis decisiones.
Desde hoy proclamo que solo Tú eres mi Señor, mi fuerza y mi refugio.
Amén.
(Rezar después un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria).

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