San Vicente Ferrer y la mujer tentadora

Mientras San Vicente Ferrer oraba en la iglesia una noche, la mujer entró en secreto en su celda y se acostó en su camilla.

Cuando el santo regresó y la vio, creyó que era el demonio disfrazado. Lleno de indignación, le dijo:

—¿Qué haces aquí, demonio maldito? ¿Por qué te has transformado en mujer para tentarme, como sueles hacer con los siervos de Dios?

La mujer le confesó lo que pretendía y trató de provocarlo, pero él la reprendió con tanta firmeza que ella, compungida, prometió enmendar su vida.


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