Amados hermanos, hoy quiero hablarles de un pecado que muchos consideran pequeño, pero que clama al cielo: la blasfemia contra Dios.
La Sagrada Escritura dice: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no dejará sin castigo a quien lo tome en vano” (Ex 20,7).
Y para que no pensemos que son palabras vacías, la historia y la experiencia nos muestran cómo Dios mismo ha castigado a quienes se atrevieron a burlarse de su Nombre santo.
1. El soldado ciego 👨🦯
Se cuenta de un soldado que, en medio de risas, juró por los ojos de Dios. Apenas lo pronunció, sus propios ojos se apagaron y cayó ciego. ¡Qué advertencia para nosotros! El que se burla de la mirada divina pierde la suya. Dios ve todas las cosas, y nadie puede jugar con sus ojos santos.
2. El que juraba por los miembros 🦵✋
Otro, acostumbrado a jurar por sus miembros, poco a poco fue quedando privado de ellos. Si juraba por su mano, la mano quedaba inútil; si por la pierna, la pierna se torcía. Así quedó reducido a un cuerpo roto, ejemplo viviente de que con Dios no se juega.
3. El vientre reventado ⚰️
Un hombre juraba con soberbia por su vientre. Pero un día, ese mismo vientre se hinchó horriblemente hasta que reventó por la mitad, y murió en el acto. Hermanos, ¿no ven aquí que el Señor no se deja burlar? Lo que el hombre siembra con su lengua, eso cosecha en su carne.
4. El marinero sin lengua 🌊
Cierto marinero, en plena nave, se atrevió a blasfemar contra Dios. Cayó al mar y, al ser sacado, descubrieron que su lengua había sido cortada. El mismo miembro con que ofendía a su Creador fue el que le fue arrebatado. Dios es justo, y no permitirá que el blasfemo ría por siempre.
5. El gallo que resucitó 🐓
En Bolonia, dos amigos estaban en un banquete. Al cortar un gallo cocido, uno dijo burlándose:
“Así lo has dividido que ni san Pedro podría volver a juntarlo”.
Y el otro, con más osadía, respondió:
“Ni siquiera Cristo podría darle vida otra vez”.
Apenas pronunció estas palabras, el gallo, con plumas y vida, se levantó, batió sus alas y cantó. Y el blasfemo que había hablado así quedó cubierto de lepra. ¡Qué gran lección! Quien niega el poder de Dios será tocado por su justicia.
6. El rayo de París ⚡
En París, un hombre osó blasfemar contra la Virgen María. De repente un rayo cayó del cielo: lo fulminó a él, mientras los demás quedaron ilesos. Así el Señor mostró que no permitirá que se insulte a su Madre Santísima.
7. Los carniceros devorados 🐕
En Aquitania, dos carniceros despedazaban la carne como si fuera la misma carne de Cristo. Un día, al entrar en una aldea, unos perros enormes se lanzaron sobre ellos y los devoraron, dejando a todos los demás intactos. Así el Señor hizo justicia por la irreverencia contra su Hijo
8. El jugador muerto 🎲
En tiempos de César, dos hombres jugaban. Uno blasfemaba contra Dios y la Virgen. Una voz del cielo retumbó: “Tal injuria ya no la soportaré”. Y en ese mismo instante cayó muerto sobre la mesa de juego.
9. El joven llevado al infierno 😈🔥
Se cuenta de un padre que malcrió a su hijo hasta que este aprendió a blasfemar. Un día, estando en sus brazos, aparecieron espíritus malignos para llevárselo. El muchacho gritó: “¡Sálvame, padre!”, pero fue inútil: por su costumbre de blasfemar fue arrebatado por los demonios y conducido al infierno.
Hermanos, ¿qué vemos en todos estos ejemplos?
Que Dios es paciente, sí, pero también justo. La blasfemia trae consigo castigo, enfermedad, ruina, muerte y hasta condenación eterna.
Por eso hoy el Señor nos advierte: cuidemos nuestra lengua. Usemos nuestra boca no para maldecir, sino para bendecir. No para ofender, sino para alabar.
Porque la lengua que blasfema puede perderse, pero la lengua que alaba alcanza la gloria del cielo.
Pidamos a la Virgen María que nos guarde de toda blasfemia y nos conceda un corazón humilde y una lengua que cante siempre: ¡Bendito sea Dios!
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