El árbol imposible

En 1532, un noble soberbio y cruel dio a uno de sus campesinos una orden absurda: que arrancara un árbol gigante del bosque, lo amarrara al carro con su caballo y lo llevara hasta la casa del señor. Además, lo amenazó con un duro castigo si no cumplía.

El campesino, sabiendo que era una tarea imposible, se internó en el bosque lleno de lamentos y tristeza. Allí se le apareció un hombre extraño, que en realidad era el demonio disfrazado, y le preguntó la causa de su pena. El campesino le contó todo, y el demonio lo tranquilizó: “Regresa a casa, yo mismo me encargaré de que tu señor tenga su árbol”.

Apenas el campesino volvió, sucedió lo espantoso: el árbol gigante apareció de repente frente a la casa del noble. No solo bloqueaba la entrada, sino que comenzó a extenderse como si estuviera vivo, sus ramas crecían retorciéndose, pegándose a los muros y techos, hasta cubrirlo todo. La madera se endureció como piedra, imposible de cortar o arrancar.

El noble, atrapado en su propia mansión, escuchaba los crujidos del árbol que parecía respirar, como si quisiera tragarse la casa entera. Aquel castigo, nacido de su tiranía, lo envolvió en una prisión viviente de madera y sombra, dejando su orgullo convertido en espanto.

Comentarios