Hermanos y hermanas, hoy el Espíritu Santo nos reúne para meditar en una realidad que muchos han olvidado, pero que en el Corazón de Cristo sigue viva y palpitante: las almas del purgatorio, en especial las más abandonadas, aquellas por las que nadie reza, ni siquiera sus propias familias. ¿Quién se acuerda de ellas? ¿Quién se ha detenido hoy a ofrecer una oración por un alma que sufre en el silencio invisible del más allá?
Hoy venimos a traer consuelo, luz y esperanza, no solo a esas almas, sino también a nuestra propia vida espiritual. Porque todo acto de amor y misericordia hacia ellas vuelve a nosotros multiplicado por el mismo Jesucristo.
el purgatorio está lleno de almas que esperan con ansias una oración, una Misa, una indulgencia. Pero hay algunas que sufren más que otras: las olvidadas, las que ya no tienen a nadie en la Tierra que se acuerde de ellas.
Ella contó que muchas de estas almas han dicho frases como:
> 💔 “Las almas más olvidadas son aquellas por las que nadie reza, ni siquiera en la Santa Misa.”
> 😢 “Nos duele más el olvido que el fuego, porque fuimos creados para el amor, y aún en el purgatorio lo necesitamos.”
Estas almas no piden grandes sacrificios. No claman por milagros. Piden lo más sencillo y poderoso: una oración con amor. ¡Y qué alegría sienten cuando una alma de la Tierra piensa en ellas! Como dijo una de ellas:
> 🌟 “Las almas más olvidadas son las que más agradecen. Al liberarlas, interceden con un amor inmenso por quienes las ayudaron.”
El Catecismo de la Iglesia Catóica (n. 1030-1032) nos enseña que las almas del purgatorio están destinadas al Cielo, pero necesitan ser purificadas antes de entrar en la presencia gloriosa de Dios. Es una misericordia divina, no un castigo.
San Gregorio Magno decía:
> “Si ofrecemos oraciones por los difuntos, ofrecemos nuestra caridad en favor de ellos, y eso agrada mucho a Dios.”
La Santa Misa es la forma más poderosa de ayudarlas. Pero también lo son las indulgencias, el Rosario, el ofrecimiento de sacrificios cotidianos, e incluso un simple pero fervoroso Padre Nuestro.
💎 3. Las almas olvidadas claman… ¿Quién responderá?
Una de las frases que más conmueve de María Simma es esta:
> "Cada oración ofrecida por nosotras es como una luz en la oscuridad. Las almas olvidadas esperan esa luz con ansias."
Imagínate, hermana, hermano… una sola Ave María puede ser como una estrella encendida en la oscuridad de esa alma. ¡Una estrella que les da consuelo, paz, esperanza y finalmente libertad!
Y no solo ellas reciben, también tú. Porque dijo una de esas almas:
> ⚖️ “Dios permite que quienes rezan por las almas más olvidadas reciban gracias especiales y protección en la hora de su muerte.”
🙏 4. ¿Cómo podemos ayudarlas cada día?
Te invito a que desde hoy adoptes a las almas más olvidadas del purgatorio. Aquí algunas formas sencillas y poderosas de ayudarlas:
✔️ Reza cada día un Padre Nuestro, Ave María y Gloria por ellas.
✔️ Ofrece la Santa Misa en su intención (aunque sea una vez al mes).
✔️ Practica la indulgencia plenaria con frecuencia.
✔️ Ofrece tus dolores, tus problemas, tus luchas, como sacrificio.
✔️ Di cada día: “Jesús, María, os amo, salvad las almas del purgatorio, especialmente las más olvidadas.”
✔️ Y lo más grande: vive con un corazón misericordioso. Porque el alma que ama, el alma que se dona, será grande en el Cielo.
✨ Conclusión: La promesa de amor
Jesucristo, nuestro Salvador, no abandona a ninguna de sus ovejas. Y aunque nosotros olvidemos, Él recuerda. Pero también desea que nosotros seamos puentes de luz para esas almas que están purificándose, esperando el momento de entrar a su gloria.
No hay oración perdida. No hay sufrimiento ofrecido en vano. Cada gesto de amor hacia esas almas vuelve a ti en gracias espirituales, consuelo, y un día, en compañía celestial.
Que seamos almas que aman y no olvidan… que seamos consuelo en la espera, y esperanza en medio del dolor
“Señor Jesús, por tu preciosa Sangre te suplicamos hoy por las almas más olvidadas del purgatorio. Aquellas por las que nadie reza, nadie recuerda, pero que Tú sigues amando profundamente. En tu infinita misericordia, dale descanso, luz y paz. Y haznos instrumentos de tu consuelo, para que un día podamos encontrarnos con ellas en el Cielo, y alabarte eternmente. Amén.”
🕯️ Almas del purgatorio, especialmente las más olvidadas… ¡no están solas!
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