Prohibición explícita de la adivinación

Deuteronomio 18, 10-12:

> “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni quien consulte a los espíritus, ni adivino, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Yahveh cualquiera que hace estas cosas.

Este pasaje es una de las bases principales para rechazar el tarot, pues lo identifica como parte de las prácticas prohibidas por Dios.

2. Dios es el único que conoce y revela el futuro

Isaías 46, 9-10:

> “Yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo. Yo anuncio el fin desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho.”

Solo Dios tiene autoridad y poder para revelar el futuro. Buscar otras fuentes, como el tarot, se considera una forma de idolatría.

3. Condena de confiar en medios ocultos

Levítico 19, 31:

> “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo soy Yahveh vuestro Dios.”

Aquí se exhorta al pueblo de Dios a no contaminarse espiritualmente buscando guía en lo oculto.

4. Advertencia contra los falsos caminos espirituales

Gálatas 5, 19-21:

> “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: [...] hechicerías [...] y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios.”

La adivinación, incluida la cartomancia (como el tarot), se considera una obra de la carne, opuesta al Espíritu.

5. Confianza exclusiva en Dios

Proverbios 3, 5-7:

> “Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos; teme al Señor y apártate del mal.”


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