Amados hermanos, hoy quiero hablarles con claridad sobre algo que muchas veces ha sido malinterpretado: los objetos sagrados que Dios nos ha dado, pero que el enemigo —por medio de la brujería maldita— intenta pervertir.
La cruz: símbolo de bendición, no de maldición
Muchos preguntan: “¿Se debe usar la cruz?” ¡Claro que sí! La cruz es el símbolo más poderoso de nuestra fe, es el recordatorio eterno del sacrificio de Cristo, de su muerte redentora y de su victoria sobre el pecado y la muerte. Muchísimas personas han sido liberadas de demonios solamente al presentar una cruz, porque los espíritus malignos reconocen su poder. La cruz no es adorno, es autoridad.
Ahora bien, lo que ocurre es que los brujos y practicantes de brujería maldita han tratado de pervertirla, usando cruces invertidas o cargadas con conjuros, para burlarse o desviar su propósito. Pero no te confundas: que ellos la usen mal no quita la verdad de su poder. La Iglesia Católica la usa correctamente, con reverencia y fe, como lo ha hecho desde los tiempos de los apóstoles.
No rechaces la cruz por lo que los brujos hacen con ella. Úsala como lo indica la Iglesia, como instrumento de oración, protección y entrega total a Cristo.
El rosario: arma de oración, no de brujería
Lo mismo ocurre con el rosario. Algunos han dicho que no se debe usar porque es usado en brujería. ¡Falso! El rosario fue dado por la Virgen María a Santo Domingo de Guzmán como un arma de oración poderosa. Cada Ave María, cada Padrenuestro, cada misterio es una meditación sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Lamentablemente, hay quienes dentro de la brujería maldita han usado el rosario para lanzar maldiciones, invocar espíritus o hacer rituales oscuros. Pero eso no significa que el rosario sea malo. Significa que ha sido pervertido. No es el objeto lo que es impuro, sino el uso que se le da. El uso santo del rosario edifica, sana, libera. El uso maldito lo contamina.
Por eso debemos enseñar el uso correcto. La Iglesia enseña a rezarlo con devoción, no como un amuleto, sino como una cadena de oración y fe. No lo dejemos en manos de los que lo distorsionan; recupéralo con poder.
Otros objetos pervertidos
Y lo mismo va con muchos otros objetos. Cadenas, anillos, pulseras: el problema no es el metal ni la forma, sino lo que se hace con ellos. En la brujería maldita se preparan prendas para manipular, controlar, amarrar, atraer lo que no viene de Dios. Pero si un cristiano usa una cadena con una cruz bendecida, con fe y sin superstición, eso no es pecado. El discernimiento es clave.
El enemigo busca pervertir lo sagrado, porque sabe que en lo sagrado hay poder. Los grimorios, por ejemplo, son libros llenos de símbolos y rituales que imitan lo divino para atraer lo maligno. Cada línea, cada figura en esos libros representa un pacto, una invocación a fuerzas que no vienen de Dios.
Conclusión:
Amados, no rechacemos lo sagrado por culpa de los que lo usan mal. La cruz es bendición. El rosario es oración. Las imágenes son recordatorios de fe. No los dejemos en manos del enemigo. Usémoslos como enseña la Iglesia: con reverencia, fe y pureza.
No es tiempo de ignorar estas verdades. Es tiempo de despertar, de orar, de consagrarnos. Que cada objeto en tu casa, en tu cuerpo, en tu vida, sirva al Dios verdadero. Que tu cruz no sea adorno vacío, sino señal viva de tu victoria en Cristo.
Dios les bendiga.
Comentarios
Publicar un comentario