Desde la perspectiva de la doctrina católica, especialmente guiados por la experiencia de los exorcistas y la teología moral, esta historia contiene varios elementos que deben ser matizados o corregidos para no caer en errores doctrinales o espirituales. Aquí van las principales contradicciones o riesgos:
1. El "sanador" como figura independiente del poder de Dios
Error: La historia presenta a Elian como alguien que sana por sí mismo, con “energía”, “dones” o “canales”, lo cual corresponde más a ideas esotéricas o del New Age que a la fe cristiana.
Doctrina católica: Todo poder de sanación espiritual o física proviene de Dios, no del sanador. Solo Dios sana, y si alguien actúa como instrumento, debe estar unido a Dios por la gracia, oración y obediencia a la Iglesia.
2. Energía, karma, entidades y símbolos: lenguaje ocultista
Error: Se habla de “transmitir energía”, “karma”, “canal bloqueado”, “entidades oscuras” y “rostros esotéricos”. Todo esto está cargado de ideas ocultistas y orientales, que pueden abrir puertas al enemigo espiritual, según los exorcistas.
Doctrina católica: Estas prácticas no son neutras. El Catecismo advierte contra la adivinación, el uso de energías, chakras, canalizaciones o sanaciones fuera del ámbito sacramental . Son puertas al demonio, aunque la intención sea buena.
3. Autosanación y autosalvación
Error: El relato transmite la idea de que uno puede purificarse solo, sin necesidad de Cristo, la Iglesia o los sacramentos.
Doctrina católica: Solo Cristo salva y purifica. Un sanador que quiere ser limpio debe confesarse, orar, vivir en gracia, comulgar, y ser obediente a la enseñanza católica. No basta meditar o “cerrar el santuario”.
4. Un árbol como guía espiritual
Error: El “árbol milenario” que habla y guía al sanador se presenta como fuente de sabiduría, sustituyendo la Palabra de Dios o el Magisterio.
Doctrina católica: Esto se acerca al panteísmo o animismo, condenado por la Iglesia. La sabiduría no viene de “espíritus de la naturaleza”, sino del Espíritu Santo, que actúa en la Iglesia.
5. El peligro real del “sanador contaminado”
Verdad parcial: El texto acierta en un punto importante: una persona que intenta “sanar” sin estar en comunión con Dios puede dañar espiritualmente a otros. Pero el daño no es solo emocional, sino que puede abrir caminos a lo demoníaco.
Doctrina católica: Exorcistas como el Padre Fortea o el Padre Amorth advierten que el mayor peligro no es el orgullo o el ego, sino hacer sanaciones sin discernimiento ni permiso de la Iglesia, usando técnicas fuera de la fe, lo cual invita al demonio a actuar bajo apariencia de “luz”.
Un verdadero sanador, según la fe católica, no se guía por su energía interior, ni por árboles, ni por espejos filosóficos. Se guía por Cristo, la Eucaristía, la confesión, el Rosario y la obediencia a la Iglesia. Sanar no es un acto mágico ni psicológico: es un don de Dios que debe ejercerse con humildad, fe y discernimiento.
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