La astucia de Satanás

 


Muy a propósito vienen las palabras de San Bernardo en un sermón que habla de cuatro diferencias de obligación. "No temo yo, hermanos," dice, "las fuerzas de Satanás, porque sé que su poder fue quebrantado con las llagas y pasión de mi Redentor. Pero temo sus astucias y engaños, pues sabe mucho, tanto por la naturaleza de su sutileza como por la gran experiencia que ha acumulado durante tantos años. Él conoce muy bien la facilidad con que la debilidad humana se deja vencer".

Así, este cruel homicida no recurrió a osos ni leones ni a otros animales feroces y de gran fuerza para engañar y derribar a Eva. Echó mano de la astuta serpiente, que con sus enroscadas vueltas a veces toca con la cola su cabeza, y otras con la cabeza su cola. Finalmente, no era la serpiente el animal más fuerte, pero sí el más astuto de todos los animales de la tierra.


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