Santa Ángela de Foligno (1248-1309) fue una mística franciscana italiana, conocida por sus visiones,una de ellas donde ve una montaña que simboliza su alma. La parte superior de la montaña está iluminada con una luz intensa y pura, mientras que la parte inferior está oscura y llena de sombras. Esta dualidad refleja lo que experimentaba en su vida espiritual: la lucha entre la pureza de la voluntad, que aspiraba a la santidad y a hacer la voluntad de Dios, y los deseos y las tentaciones de la carne, que a veces la arrastraban hacia lo opuesto.
Dios, en la visión, le explica que la parte superior de la montaña representa su alma purificada, donde no consentía ni ejecutaba el mal, es decir, aunque pudiera sentir la tentación (las sombras de la parte inferior), no la aceptaba ni la ponía en práctica. La luz en la parte superior simboliza su conformidad con Dios y su esfuerzo por seguir la virtud. Por otro lado, la parte inferior oscura muestra la lucha interna y los sentimientos contrarios a la voluntad divina, aquellos movimientos carnales o pasiones que, aunque no deseadas, seguían estando presentes y causaban sufrimiento.
La visión refleja la enseñanza de que la santidad no implica la ausencia total de tentaciones o de luchas internas, sino la capacidad de resistirlas y no consentirlas. La parte inferior oscura de la montaña, aunque llena de sombras, no representa una derrota final, sino una fase de purificación y lucha. Santa Ángela comprendió que la pureza del alma no significa estar libre de tentaciones, sino que se encuentra en la capacidad de no ceder a ellas y de elevar la voluntad hacia Dios, a pesar de los movimientos y deseos que puedan surgir en la carne.
Este simbolismo es profundo porque muestra que las tentaciones no definen la santidad de una persona. Lo que importa es la intención y la resistencia frente al mal. Así, la luz en la cima de la montaña representa la victoria del alma, no porque haya eliminado toda oscuridad (algo que solo Dios puede hacer), sino porque mantiene firme su propósito de seguir a Dios.
La interpretación de esta visión de Santa Ángela fue recogida por Fray Felipe de la Santísima Trinidad en su Teología Mística, donde se subraya la idea de que la lucha espiritual es inherente a la vida del creyente. La mística de Santa Ángela refleja una realidad espiritual: la purificación del alma no es instantánea, sino un proceso continuo de lucha, resistencia y confianza en la gracia de Dios.
Su visión nos invita a comprender que las almas que buscan la perfección espiritual no están exentas de tentaciones ni de luchas internas. Sin embargo, al igual que Santa Ángela, pueden mantener la luz del Espíritu Santo en sus corazones, resistiendo las sombras que intentan oscurecer su vida espiritual.
La historia de la visión de la montaña de Santa Ángela de Foligno es un poderoso recordatorio de que la vida cristiana no es una vida sin dificultades o tentaciones, sino una vida en la que el alma, con la ayuda de la gracia divina, se esfuerza por mantener su pureza y resistencia frente al mal. La luz en la cima de la montaña es la esperanza de la victoria final, la cual solo se alcanza a través de la perseverancia, la lucha contra las sombras y el continuo retorno a Dios en la oración y la penitencia.
Esta visión resalta el misterio de la santidad: no se trata de una perfección instantánea, sino de un proceso continuo de transformación y purificación que refleja el amor y la misericordia de Dios.
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