"Quiso, pues, Dios darle a entender cómo en las tentaciones deshonestas, unas veces vencían los hombres, otras faltaban y caían en culpas ligeras, y otras eran vencidos y pecaban mortalmente; todo lo cual se representó de esta manera. Vió innumerables demonios que sin cesar arrojaban muchas flechas; algunas de ellas, con mucha ligereza, volvían contra los demonios, y entonces, con gran clamor, ellos daban a huir como afrentados. Otras de aquellas flechas tocaban a algunos hombres, mas luego caían en el suelo. Otras entraban con el hierro hasta la carne, y otras pasaban de parte a parte el cuerpo, y estos eran los que consentían en la delectación con advertencia plena, o consintiendo con la voluntad."
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