Ejemplos de santidad a través de la sobriedad en el comer
1. La Reina de los Ángeles (Virgen María):
Según San Ambrosio, María comía manjares ordinarios y rechazaba los placeres del gusto, considerando que esto más bien obstaculizaba que ayudaba al alma.
2. San Pablo:
No bebía vino, como asegura Baronio.
3. San Basilio:
Su mesa, según relata San Gregorio Nacianceno, consistía únicamente en pan y sal, lo que consideraba un banquete espléndido.
4. San Agustín:
Llegaba al alimento como si fuera una medicina, tomando solo lo necesario para la subsistencia.
5. San Fulgencio, obispo de Ruspe:
Su austeridad fue tan extrema que, como se cuenta en su vida, llegó al punto de que su piel se secó y se le abrieron llagas sobre los huesos.
6. San Anselmo de Canterbury:
Desde su juventud, ayunaba todos los viernes con pan y agua. Su mortificación fue tan severa que perdió el cabello de su barba y cabeza por falta de sustento natural.
7. Santa Eduviges, duquesa:
Durante cuarenta años no probó otro alimento que manjares cuaresmales.
8. Santa Genoveva, virgen de París:
Desde los quince hasta los cincuenta años, comía solamente dos veces a la semana, alimentándose de poco pan de cebada y habas.
La abstinencia en figuras notables de la historia
1. El emperador Carlomagno:
Sus biógrafos destacan su admirable moderación, considerada sorprendente incluso en nuestros tiempos.
2. San Carlos Borromeo:
Famoso por sus frecuentes ayunos de pan y agua.
3. El cardenal Belarmino:
Ayunaba tres veces por semana con una severa austeridad.
La vida de estos santos y personajes ilustres demuestra cómo la sobriedad y la mortificación en el alimento no solo fortalecían el cuerpo, sino que eran vistas como un medio para alcanzar una mayor unión espiritual con Dios. A través de la abstinencia, hallaba
n el equilibrio entre la necesidad física y el anhelo celestial.
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