Milagros, estudiantes traveseando en la orilla del mar

 


Estaban unos estudiantes jugando cerca del mar y decidieron subirse a un barco, pero el viento los llevó mar adentro sin control, enfrentándose a un gran peligro. Cerca de allí estaban unos labradores que se reían de ellos. Entonces Cudberto les dijo:

—No es tiempo de reír, sino de llorar y orar.

Los labradores respondieron:

—No se debe orar por estos traviesos.

Cudberto se arrodilló y comenzó a rezar. Al instante, Dios envió un viento que llevó el barco de regreso a la orilla. Los estudiantes se salvaron, mientras los labradores quedaron avergonzados. Desde entonces, Cudberto empezó a ser muy respetado.

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