Se cuenta que había una vez un hombre que tenía un acompañante muy hermoso, pero para que sus herederos no se apartaran de su linaje hacia regiones más perezosas, decidió dejarles su acompañante. Pero estos acompañantes eran muy perezosos. El primero, debido a su pereza, cerraba la boca mientras comía pan, y las aves se lo robaban. El segundo tenía el pie cerca del fuego, pero debido a su pereza de moverlo, su pie se quemaba. El tercero se sentaba mientras los ratones le roían las orejas hasta el cerebro, pero debido a su pereza no se apartaba. El cuarto tenía una cuerda alrededor de su cuello y un cuchillo en la mano, y estaba colgado sobre una celda, pero debido a su pereza de levantar la mano para cortar la cuerda, se dejaba ahorcar. El quinto estaba acostado en la cama, mientras dos gotas caían sobre su rostro y sus ojos, y por pereza de mover la cabeza, eventualmente se quedaba ciego.
Hablando en sentido espiritual, este acompañante es el diablo, los padres son los cinco tipos de pecados. El primero es el corazón, al que se le da la gracia de la corrección a través de las palabras, pero que no soporta escuchar. Los aduladores o las personas malvadas arrebatan y roban el alma.
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