La adulación hace mal y no dos veces. Primeramente, es engañosa. Se dice en la fábula que una vez un cuervo estaba parado en un árbol, y tenía en su pico un trozo de carne o queso, hacia el cual una zorra se acercó rápidamente y, adulándolo, dijo: '
Dime, amigo mío, tengo una gran amistad y familiaridad contigo, y he escuchado entre las demás aves que tú cantas excelentemente. Me gustaría mucho oír tu voz, para poder dar testimonio verdadero de ello'.
Ante esto, el cuervo, prestando atención, empezó a cantar, y dejó caer el trozo de carne, que la zorra, cogiéndolo, comió.
El cuervo es noble, la zorra es astuta y aduladora. Los bienes temporales como el trozo de carne son buenos, pero los aduladores fingen con mentiras engañosas para obtenerlos'.
en la historia romana que una vez se debatió sobre quién era peor: el asesino o el adulador.
Se determinó que el adulador, porque la adulación es la nodriza de los hijos del demonio y el veneno traidor del alma, ya que presenta cosas agradables pero nocivas en su verdadera esencia.
Se lee en la historia tripea que cuando cierto príncipe, con un atuendo de oro y adornos distintivos, apareció en un espectáculo, sus seguidores, que lo amaban en exceso, le dijeron: ‘
No es apropiado que de aquí en adelante te tratemos como a un hombre, sino que deberíamos mostrarte reverencia como si fueras un dios’.
El príncipe, sin rechazar esas palabras, de repente vio una rana enorme sentada en el árbol cercano. Al verla, dijo:
'La ira de Dios está sobre mí, y me han engañado con sus palabras aduladoras. No soy dios, sino mortal, y el veneno de esa rana ya ha penetrado en lo más profundo de mí'.
Después de decir esto, murió. La cuarta es el aumento de todo mal. Dos hombres se embarcaron en una misión.
Uno, el mentiroso, se acercó a una región de simios. Al verlos, un simio superior, que estaba sobre una celda, dijo:
Estos hombres son traidores, quiero probar quiénes son’. Llamando al mentiroso, le preguntó: '¿Quién soy yo?'.
Y el mentiroso respondió: 'Tú eres el emperador, y estos son tus compañeros'. Dicho esto, el mentiroso fue recompensado. El veraz, por su parte, pensó para sí mismo: 'Si al mentiroso le han dado una recompensa tan grande por decir falsedades, recibiré mayores premios si digo la verdad'. Entonces, cuando se le preguntó quién era el simio, el veraz respondió: 'Tú eres un simio, y estos son tus semejantes'. Por esto, se le ordenó ser desgarrado con dientes y garras, y fue expulsado de aquella región."
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