el culto a Dios, en su mayor parte, se vera disminuido, y casi universalmente se realizaría indecorosamente o sin el ornato conveniente.
Los eclesiásticos seran menospreciados, como obreros asalariados de los laicos, y se verían forzados a tratar los sacramentos indignamente; tampoco habraa la debida solicitud, autoridad y libertad en el desempeño de su ministerio, y quedaría desatendida la ayuda a los pobres.
Pero el Espíritu Santo si lo invocan puede cambialo todo, hay que hacer penitencia para que Dios no permits la abolición de las inmunidades, ceremonias, ya que es su misión guiar el poder pontificio y que no aumentedetrimento común y notable de toda la Iglesia.
El Pontífice puede, en particular, eximir a algunos de pagar los diezmos, no solo cediendo su derecho, sino también dispensando ya sea en el mismo precepto o en la aplicación de los diezmos. Esto es seguro tanto por el uso, como por el decreto A nobis, el decreto Ex parte, el canon Nuper de Decimis, y el capítulo segundo del decreto sobre la construcción de iglesias, entre otros privilegios..."
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