"Pidió san Hurón, que le trajeran el Santísimo Sacramento para adorarlo, y como tuviese unos vómitos, dijeron los monjes: 'Será de gran peligro si lo recibe'. Determinaron entonces darle una hostia sin consagrar. Y cuando la trajeron, reconoció Hugón que su Señor no estaba allí, y dijo a sus discípulos: '¿Qué habéis hecho? ¿Por qué habéis querido engañarme?' Insistió en que le trajeran el Santísimo Sacramento, y al reconocer que su Señor estaba allí, lo adoró, pero shno lo recibió, sino que dijo: 'Suba el Hijo al Padre, y el siervo al Señor que lo hizo'. Y diciendo esto, la hostia desapareció, y el santo expiró.
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