oró al Señor, y los pedazos del vaso se juntaron,

 


"San Antonio de Padua, pasando una noche en casa de una hermana de los que suelen hospedar frailes, para agasajarlos, pidió prestado un vaso de vidrio a su vecina, y puso la mesa con alegría. Sacó vino de una pipa que tenía, pero la tapó mal, y se derramó todo lo que había quedado. Un gato, saltando sobre la mesa, quebró el vaso, y la pobre mujer se afligió de tal manera que comenzó a llorar. El santo cubrió con las manos sus ojos y oró al Señor, y los pedazos del vaso se juntaron, quedando sano el vaso como antes. 

Viendo esto, la mujer dijo: 'Quien esto hace, también volverá el vino a mi pipa.' Y fue allá, y la halló llena de vino, y con esto se alegró. El santo la dejó animada para recibir con caridad a los pobres en su casa, y él se fue muy temprano, antes de que nadie supiese del milagro."

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