un ángel, enviado por Dios, guió a San Satiro hasta la orilla,

 


cuando san Satiro se encontraba en la mar y en peligro, pidió el Santísimo Sacramento y, atándoselo al cuello en un paño, se lanzó al agua. 

Milagrosamente, fue el primero en salir a salvo, y gracias a su fe, todos los demás lograron salvarse también. Luego, acudió a la Iglesia para dar gracias a Dios, reconociendo de dónde provenía el beneficio recibido.

un ángel, enviado por Dios, guió a San Satiro hasta la orilla, asegurando su seguridad y la de aquellos que lo acompañaban. Los dos hermanos, San Ambrosio y San Satiro, eran tan semejantes en el rostro, que muchas veces hablaban el uno por el otro sin que los demás notaran la diferencia.


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