un joven, deseoso de emprender el camino de su salvación, renunció al mundo, distribuyendo todas sus posesiones entre los pobres de Jesucristo. Sin embargo, reservó una pequeña cantidad para socorrer sus propias necesidades. Con el corazón cargado de fe, fue a San Antonio, rogándole que lo recibiera en la vida religiosa.
San Antonio, percibiendo la dualidad en el alma del joven, le dijo: "Si realmente deseas ser recibido como religioso, es necesario que te despojes de tu camisa y compres carne. Una vez comprada, tráela la carne en tu espala , y así regresarás a mí. Entonces haré lo que me pides".
El joven, determinado a cumplir con el mandato del Santo, se dirigió al pueblo, compró la carne, y desnudándose hasta la cintura, ató la carne muerta a su propio cuerpo desnudo. Con cada paso que daba, sentía la carne pegajosa y fría sobre su piel, pero estaba decidido a cumplir la prueba.
No había avanzado mucho en su camino de regreso cuando comenzó a escuchar gruñidos y aleteos siniestros. Al voltear, vio con horror que una jauría de perros famélicos lo seguía, sus ojos enloquecidos por la codicia de la carne. Desde el cielo, aves de rapiña comenzaron a picar, atacándolo con picos y garras afiladas. Los perros lo derribaron, y no solo la carne que llevaba, sino también su propia piel, conduciendo lo que veía como su muerte. Las aves se ensañaban en su carne, arrancando pedazos, mientras él gritaba de dolor.
Aterrorizado y malherido, el joven finalmente llegó ante San Antonio. Sangrando y cubierto de heridas, cayó de rodillas ante el Santo, incapaz de pronunciar palabra. San Antonio, con serenidad, lo observó y dijo: "Amigo, así son desgarrados y maltratados por los enemigos del infierno y por las tentaciones aquellos que, renunciando al mundo para ser religiosos, desean aún retener sus bienes y bienes temporales".
Al escuchar estas palabras, el joven comprendió la lección que San Antonio le había impartido. Renunció a todo apego terrenal, entregándose completamente a la vida espiritual. San Antonio lo acogió, y así el joven encontró su verdadera salvación, libre de las tentaciones que antes lo acechaban.
Comentarios
Publicar un comentario