un Anacoreta tenía una imagen de nuestra Señora Tuan Anacoreta, y siempre delante de ella una lámpara encendida, el ausento de su celda por más de dos meses, y cuando fue, oró a nuestra Señora, y le díjo: Señora, ruego os que no falte luz aquí, mientras yo estuviere ausente, como no ha faltado hasta aquí, y jamás faltará, mientras yo viviere. Y con esto fue su camino, y cuando volvió, halló encendida la lámpara, y así perseveró siempre en tener lumbre delante de nuestra Señora.
Comentarios
Publicar un comentario