con cristo todo, sn cristo nada



El mártir Caprasio, como escondiéndose de la persecución de Diocleciano en una montaña, escuchó un día la gloriosa victoria que Santa Fe tuvo contra el tirano, y oró al Señor, diciendo: "Si me juzgas, Señor, digno de martirio , dame aquí una fuente de agua." Y como, animado por esto, dijo: "¿Cómo es que las mujeres me arrebatan el reino de los cielos, y yo tengo que esconderme aquí?". 

Decidido a afrontar su destino, Caprasio salió de su escondite y se confesó públicamente a Cristo. Los soldados del emperador Diocleciano, que buscaban a los cristianos para arrestarlos, lo encontraron y lo arrestaron. Caprasio, sin temor alguno, proclamó ante ellos su fe. Fue llevado ante las autoridades y, tras negarse a renunciar a su fe, sufrió el martirio, muriendo gloriosamente por Cristo.

Comentarios