allí le volvió Dios la fortaleza



fue  Nabal Carmelo contra David, cuando enviándole a pedir socorro no quiso dárselo, sino que con afrenta despidió a los mensajeros. Pero mayor afrenta le hizo Amón en sus mensajeros, que dándole el pésame de la muerte de su padre y echando a mala parte la vista, les rayó las barbas y cortaron las faldas de los vestidos. Pero sobre todas las afrentas que le hicieron, aquella fue la peor, cuando lo maldijo Semei, al tiempo que salió huyendo de su hijo Absalón, tirando piedras contra él y diciéndole malas y feas palabras (2 Samuel 16). 

También aquella vergüenza y afrenta que los muchachos hacían a Eliseo, llamándole calvo, fue de Dios bien castigada, porque maldiciéndolos el Profeta, vinieron los osos y despedazaron a cuarenta de ellos (2 Reyes 2). Y los Filisteos, cuando hacían burla de Sansón, después de que le quitaron los ojos y le llevaron a su templo para burlar de él delante de sus dioses, allí le volvió Dios la fortaleza. De suerte que asiendo de dos columnas, en que estaba fundada la casa, la derribó y murieron allí con él sus enemigos, diciendo: "Muera Sansón aquí con los Filisteos", y mató más muriendo que viviendo (Jueces 16).


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