¿Qué más podía hacer por ti que no lo haya hecho?"

 


lo que dijo por el Profeta a Dios: "¿Qué más podía hacer por ti que no lo haya hecho?". Es tanta su estimación hacia cada uno de nosotros y tan grande su deseo de salvarnos y hacernos santos que nos envió desde el cielo el mejor tesoro que tenía: su propio Hijo. Y permitió que muriera en la cruz con la más ignominiosa de las muertes para que así pagara nuestras deudas a la Justicia Divina y nos consiguiera un puesto en la gloria eterna. Y este Jesús se hizo en todo semejante a nosotros, menos en el pecado. Y aprendió con el sufrimiento a comprender a los que sufrimos. 

Hay que honrar a los que nos honran. Esto es lo que tratan de hacer los grandes de la tierra. ¿Y quién nos ha honrado más en toda la existencia que Nuestro Señor? Nos hizo hijos suyos, hermanos de su Hijo Jesucristo, templos del Espíritu Santo y herederos del cielo. Ojalá recordemos de vez en cuando estas muestras de aprecio y cariño que Él nos ha dado para que en cambio le brindemos también amor y agradecimiento. 

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