Que te dignes iluminar a todos los obispos, presbíteros y diáconos, con el verdadero conocimiento y comprensión de tu Palabra; y que tanto con su predicación como con
su vida lo proclamen y manifiesten, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes bendecir y proteger a todo tu pueblo, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes enviar labradores a tu viña, y atraer a tu
reino a todo el género humano, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes dar a todo tu pueblo aumento de gracia para escuchar y recibir tu Palabra, y para producir los
frutos del Espíritu,
Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes traer al camino de la verdad a todos los que están en error y engaño, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes darnos un corazón dispuesto para amarte y temerte, y para vivir diligentemente según tus mandamientos,
Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes gobernar de tal manera los corazones de tus siervos, el Presidente de esta nación, y cuantos ejercen autoridad, que hagan justicia, amen misericordia y caminen por las sendas de la verdad, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes poner fin a las guerras en todo el mundo; dar a todas las naciones unidad, paz y concordia, y
otorgar libertad a todos los pueblos, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes compadecerte de todos los encarcelados y cautivos, de los que carecen de alimento y hogar, y de
todos los desconsolados y oprimidos, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
Que te dignes darnos y conservar para nuestro uso los frutos abundantes de la tierra, para que a debido tiempo
todos disfrutemos de ellos, Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
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