Acudamos suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos,

 


Acudamos suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos, y digámosle Splicantes:

Con tu justicia, Señor, danos vida. Tú, Señor, que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminasen en tu presencia con un corazón sincero,

— haz que también nosotros, siguiendo sus huellas, seamos santos ante tus ojos.

Tú que elegiste a José, varón justo, para que cuidara de tu Hijo durante su niñez

y adolescencia,

— haz que también nosotros nos consagremos al servicio del cuerpo de Cristo,

sirviendo a nuestros hermanos.

Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,

— ayúdanos a trabajar con empeño en nuestro mundo, pero teniendo siempre

nuestros ojos puestos en tu gloria.

No te olvides, Padre del universo, de la obra de tus manos

— y haz que todos los hombres, mediante su trabajo honesto, tengan una vida

digna.


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