La batalla entre Satán y Jesús en el desierto fué un prólogo de esta naturaleza

 


. Decía todo con respecto a la misión de Cristo. Este sólo venía para derribar la dominación de Satán. San Juan iba a decir en su primera epístola: "Para esto se manifestó el Hijo de Dios, para destruir las obras del Diablo Todo el Evangelio, pues, tiene que estar lleno de acciones dirigidas por Cristo contra Satán y por Satán contra Cristo. Y está bien que así sea. No podemos leer nuestros Evangelios sin que esto nos llame la atención. No comprenderíamos nada de los Evangelios sin la certidumbre de la existencia de Satán y de su acción entre nosotros. Jesús comienza a predicar en Galilea, y San Marcos escribe que echa a los demonios.

Antes del Sermón de la montaña las multitudes se reúnen alrededor de Él, ¿por qué? San Lucas nos lo dice: "Los cuales habían venido a oírle y a ser curados de sus enfermedades; y los que eran vejados por espíritus inmundos eran tirados Porque, dice San Mateo, "le presentaron todos los que se hallaban mal, aquejados de diferentes en enfermedades y recios dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos y los curó".

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