i Oh! Dios, sé propicio a nuestras súplicas e infunde la fuerza de tu bendición, para que esta tu creatura sirva para alejar a los demonios, sanar las enfermedades; para que al ser derramada sobre las casas y los lugares de los fieles, éstos queden libres de toda inmundicia y de todo mal: que no resida allí un espíritu pestilente: se alejen todas las insidias del enemigo, y si hay algo que perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la aspersión de esta agua, huyan; para que la salud que te pedimos por invocación de tu nombre quede defendida de toda impugnación del maligno. Por Jesucristo Nuestro Señor.
yo Dios! , autor de todo poder y Rey insuperable de todo dominio y siempre triunfador magnífico, que reprimes las fuerzas del dominio del mal, que superas la sevicia del enemigo, que poderosamente vences las huestes enemigas: a ti, humildemente te pedimos i0h! Señor que mires con bondad estas creaturas de la sal y del agua y las santifiques con tu bondad; para que doquiera que sean regadas por invocación de tu santo nombre desaparezca toda infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la serpiente infernal y que con la presencia del Espíritu Santo nos concedas benigno tu misericordia ya que humildemente te la suplicamos.
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