dígnate, Señor, introducir y confirmar una perfecta concordia entre mis enemigos y yo y hacer que sobre mí resplandezca tu paz, tu gracia y misericordia, mitigando y extinguiendo todo odio y furor que contra mí tuvieren mis adversarios, como lo hiciste con Esaú, quitándole toda la aversión que tenía contra su hermano Jacob.
Q 15
Te ruego, pues, por todo esto, por tu gloriosa resurrección, por las
frecuentes consolaciones que diste a tus discípulos, por tu admirable
ascensión, por la venida del Espíritu Santo, por el tremendo día del juicio,
como también por todos los beneficios que he recibido de tu bondad.
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