los iracundos en el infierno

 


  • Una viuda vio un hombre en su jardín envuelto en llamas. que de Su boca salía  un escorpión ,era un vecino  que la amenazaba de muerte para quitarle sus tierras , cuando aun vivía .

  Sus ojos estaban tan deformados que lo blanco es más grande que las pupilas, porque la rabia muestra más la virulencia del furor, que la rectitud de la tranquilidad. este era un hombre que vivía amenazando a esta pobre mujer de quitarle sus tierras. mientras estaba en vida. este condenado intentaba acercarse ,pero no podía por que gruesas cadenas lo ataban al suelo.

  •  Esta alma como los demas condenados por ira no piensan en nadie, sino que derriba la justicia como si estuviera ciego, porque produce tormentas de rabia. Sus brazos se parecen a los de un hombre, porque el poder de la cólera privado del temor de Dios, se suma al poder del hombre en la ciencia del mal, que influye el diablo con su malicia para hacer lo que le gustaría hacer, aunque a veces no pueda llevarlo a término.
  • El hombre, sin embargo, logra dar cumplimiento a su maldad por su pensamiento, por sus planes, y por su obra, haciendo que su perversidad se manifieste abiertamente. Los animales irracionales a veces provocan lesiones a otros, ya que no los conocen; otras veces se adelantan cuando tienen miedo de que ser atacados; y otras, atacan y matan porque tienen hambre. El hombre, sin embargo, en cuanto tiene odio, usa su cólera maliciosa para despedazar a veces incluso al que quiere, y a menudo produce el mal a quien le beneficia, devolviéndole mal por bien.
  • Pero sus manos están retorcidas y tienen garras largas. Significa que todas sus obras están inclinadas a la acechanza y a la rapiña, y que en su rabia insensata, con ellas hace jirones las obras ajenas.
  • Su pecho, frente y espalda, parecen las de un cangrejo porque un hombre encolerizado, en su limitada capacidad de comprender, no tiene en sí, un momento de paz, ni ley, ni cuenta las leyes de instituciones honradas, en él todo carece de estabilidad y le hace perder el control. Además, la rabia y el impulso violento que están en él, hacen que no esté satisfecho ni con el alimento espiritual, ni con los mandamientos de Dios. Arroja fuera de sí todo lo que es justo y recto, así como la moderación y la suavidad de la armonía. Una persona así se precipita hacia atrás por los caminos tortuosos del mal y marcha hacia atrás, hacia el diablo, tal como un cangrejo.
  • Sus patas parecen de langosta y sus pies son como víboras. Significa que el hombre muestra la vanagloria en sus patas, y en su andadura la envidia, en la vanagloria de la soberbia supera toda justicia, y con la envidia destroza todo lo que puede agarrar. 
  • Esta imagen está entrelazada dentro de una rueda de molino que da vueltas, porque el hombre no avanza por el camino recto, sino que descansa en su propia voluntad y sigue su propio corazón. Y así, sostiene los radios del borde superior con sus manos y los del inferior con sus pies, porque el hombre con la exaltación de la libertad de su voluntad hace su trabajo audazmente, por lo cual apoya sus pies sobre lo que está bajo esta libertad, ya que no se apoya en la justicia, sino siempre en la iniquidad. 
  • No tiene pelo en la cabeza, ya que la cólera hace que el hombre quede despojado del honor de la buena fama y la mente sana. Su cólera no le deja pensar en lo que está bien ni lo que es justo.
  • También está desnudo porque no lleva puesto el vestido de la corrección y porque lo que a veces revela en su furor es incluso ultrajoso para sí mismo Por este motivo de su boca manan grandes lenguas de fuego como antorchas. Porque el hombre, cuando se enciende de cólera, por venganza malévola dice muchas palabras ardientes e inflamables, tanto que hasta se olvida de Dios, como este vicio muestra en las palabras que dijo anteriormente.

la pobre mujer, se arrodillaba y pedía al señor  serenidad por el impacto que esta imagen le habia ocasionado, cuándo empezó a orar vio como su hijo mayor también se estaba volviendo iracundo como esta alma condenada al infierno. por lo que estaba a tiempo de rescatar su hijo del pecado de la ira, causado por las burlas y las vejaciones de sus compañeros por ser huérfano de padre.

Cuando todo va como queremos, es fácil mostrar paciencia. La verdadera prueba de la paciencia, viene cuando nuestros derechos son violados; cuando otro auto nos cierra el paso en el tráfico; cuando nos tratan injustamente; cuando nuestro compañero de trabajo se burla de nuestra fe, una vez más. Algunas personas piensan que tienen el derecho de enojarse ante las pruebas y aquello que les irrita. La impaciencia parece como una ira santa. Sin embargo, la Biblia alaba la paciencia como un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) el cual debe ser producido por todos los seguidores de Cristo (1 Tesalonicenses 5:14). La paciencia revela nuestra fe en el tiempo, la omnipotencia y el amor de Dios.

Aunque la mayoría de la gente considera que la paciencia es una espera pasiva o una gentil tolerancia, casi todas las palabras griegas traducidas como “paciencia” en el Nuevo Testamento son palabras dinámicas y activas. Considera por ejemplo Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. ¿Corre uno una carrera esperando pasivamente los empujones para retrasarnos, o tolerando gentilmente a los tramposos? ¡Por supuesto que no! La palabra traducida como paciencia en este versículo, significa permanencia. Un cristiano corre la carrera pacientemente, perseverando a través de las dificultades. En la Biblia, la paciencia es la perseverancia hacia una meta, perseverancia ante las pruebas, o una expectante espera por el cumplimiento de una promesa.

Claramente, la paciencia no se desarrolla de la noche a la mañana. El poder de Dios y la bondad son cruciales para el desarrollo de la paciencia. Colosenses 1:11 nos dice que somos fortalecidos por Él para “toda paciencia y longanimidad,” mientras que Santiago 1:3-4 nos anima a saber que las pruebas son Su manera de perfeccionar nuestra paciencia. Nuestra paciencia se desarrolla y fortalece más, resistiendo de acuerdo a los perfectos tiempos y voluntad de Dios, aún ante el hombre malvado que “prospera en su camino” (Salmos 37:7). Al final, nuestra paciencia será recompensada. “

tened paciencia hasta la venida del Señor” (Santiago 5:7-8). “Bueno es Yahvé a los que en Él esperan, al alma que le busca” (Lamentaciones 3:25).

Vemos en la Biblia muchos ejemplos de aquellos caracterizados por la paciencia en su caminar con Dios. Santiago nos señala a los profetas: “Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en Nombre del Señor” (Santiago 5:10). Él también se refiere a Job, cuya perseverancia fue recompensada por lo que  el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11). También Abraham, esperó pacientemente y “… alcanzó la promesa” (Hebreos 6:15). Así como Jesús es nuestro modelo en todas las cosas, así también Él demostró una perseverante paciencia.el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

¿Cómo demostramos que la paciencia es una característica de nuestras vidas en Cristo? Primero, dando gracias a Dios. Usualmente, la primera reacción de una persona es “¿Por qué a mí?,” pero la Biblia dice que nos regocijemos en la voluntad de Dios (Filipenses 4:4; 1 Pedro 1:6). Segundo, buscando Sus propósitos. Algunas veces, Dios nos pone en situaciones difíciles con el fin de testificar. Otras veces, Él puede permitir una prueba para la santificación del carácter. El recordar que Su propósito es para nuestro crecimiento y Su gloria, nos ayudará en la prueba. Tercero, recordando Sus promesas, tales como la de Romanos 8:28 que nos dice que “…todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados”. Ese “todas las cosas” incluye las cosas que prueban nuestra paciencia.

La próxima vez que te encuentres en un embotellamiento de tráfico, seas traicionado por un amigo, o ridiculizado por tu testimonio, ¿cómo responderás? La respuesta natural es impaciencia, la cual conduce al estrés, enojo y frustración. Gracias a Dios, los cristianos ya no estamos bajo el dominio de una “respuesta natural,” porque tenemos una nueva naturaleza – la naturaleza de Cristo Mismo (2 Corintios 5:17). En vez de eso, tenemos la fortaleza del Señor para responder con paciencia y en completa confianza del poder y los propósitos del Padre. “Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:7).

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