Abandonadas por sus amigos, esas pobres almas del purgatorio.también son abandonadas por sus familiares, ya sea porque se hayan muerto también o porque se abstienen de cualquier oración u obras de caridad. Sí, su propio padre, madre, hermano y hermana las han abandonado. Una vida abandonada, de la que nadie habla; un nombre abandonado que nadie pronuncia; una tumba abandonada que nadie visita; un sufrimiento abandonado, por el que nadie reza para aliviar, abandonado en todas partes y en todo. ¡Pobres almas! ¿Quién sabe cuánto tiempo durará su sufrimiento en ese lugar de terrible tormento, en el que no reciben ninguna ayuda? ¡Cómo debe ese cruel aislamiento aumentar su sufrimiento!
Comentarios
Publicar un comentario