Abandonadas por sus Padres

 


Abandonadas por sus amigos, esas pobres almas del purgatorio.también son abandonadas por sus familiares, ya sea porque se hayan muerto también o porque se abstienen de cualquier oración u obras de caridad.  Sí, su propio padre, madre, hermano y hermana las han abandonado.  Una vida abandonada, de la que nadie habla; un nombre abandonado que nadie pronuncia; una tumba abandonada que nadie visita; un sufrimiento abandonado, por el que nadie reza para aliviar, abandonado en todas partes y en todo.  ¡Pobres almas!  ¿Quién sabe cuánto tiempo durará su sufrimiento en ese lugar de terrible tormento, en el que no reciben ninguna ayuda?  ¡Cómo debe ese cruel aislamiento aumentar su sufrimiento!

 Ellas tienen el derecho de gritar con el Profeta, "Mis amigos todos me han dejado, y mi familia me ha olvidado; mi padre y mi madre me han abandonado; me he convertido para ellos en un jarrón roto que ellos descartan y olvidan."

 Como Jesús, abandonado en el jardín de Getsemaní, ellas pueden decir, "¡he buscado consuelo y no lo encontré!"

 Oren con frecuencia, vayan a Misa durante la semana, por los difuntos y los olvidados. Conviértanse en su madre y su padre, su hermano y su hermana, su amigo.  ¿Hay alguna causa más digna de su celo, de su caridad?   Un día ellos rezarán por usted si, y es más probable, sus amigos y familiares se olvidan de usted.

 

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