Oh Señor Jesucristo, Hijo de Dios, por merced a
tu Honorabilísima Madre, tus Angeles a tu Profeta, Precursor y Bautista, por las oraciones de todos los Santos, líbrame
del constante acoso del demonio, mi Señor y Hacedor, que no deseas la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva, otórgame también la conversión a mí,
réprobo e indigno como soy. Arrebátame de las fauces de la perniciosa
serpiente, que procura devorarme y arrastrarme vivo al Hades. Mi Señor y mi
Consuelo, que te encarnaste por mí, miserable, redímeme de la miseria, y
concede el consuelo a mi alma desventurada. Implanta en mi corazón el deseo de
cumplir tus preceptos y que pueda abandonar mis malignas acciones, para poder
recibir tus Bienaventuranzas. Sálvame, pues en Ti, Señor, pongo mis esperanzas.amen
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