Oh Señor,
que me has hecho la gracia de tu gran bondad y de tu gran compasión a mí que
soy tu servidor, para que pase el transcurso de esta noche sin la tentación de
ningún mal antagónico, Soberano y Creador de todo, por tu verdadera Luz y con
el corazón iluminado concédeme hacer tu voluntad, ahora y siempre, y en los
siglos de siglos.
Amén.
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