El ejemplo de Alejandro,
que los mundanos llaman el Grande, nos lo muestra bastantemente y afianza mi dicho,
por cuanto tenía más hacienda que otro ninguno que hubiese sido antes de él,
poseyendo casi el Imperio universal de toda la tierra, dueño y Señor absoluto,
y que todo el mundo guardaba el silencio en su presencia, hasta los mismos príncipes
no se atrevían a hablar palabra y temblaban debajo de su autoridad por el
respeto grande que le tienen. Un dia, sin embargo, oyó decir a cierto Filósofo,
que habia aun muchos otros mundos más que éste: pasos a llorar como un niño,
por cuanto cita que, habiendo muchos mundos, no habia aun conquistado uno solo enteramente,
y se desesperaba por no poderlos tener todos debajo de su dominio.
¡Grande locura por cierto! El hombre trabaja
extraordinariamente hasta cansarse mucho en esta vida, para hallar consuelos y descanso;
y de ordinario su trato es vano y no saca de él utilidad alguna. No se tuviera
os ruego, à un mercader por loco y sin juicio, si trabajase mucho para hacer
algún comercio, ¿del cual no sacaría sino pena y trabajo? Aquellos , pues , que
tienen con seguridad su entendimiento alumbrado con la celestial luz , que no
hay sino solo Dios que pueda dar un verdadero y perfecto consuelo a su corazon
, estos no se cansan en vano e inútilmente , poniendo el corazon y sus afectos
en las criaturas , cualesquiera que sean , a los bienes de la tierra , las
casas , el oro , la plata , las riquezas y aun en las mismas digna- dades y
honras á que nuestra ambición nos inclina , para que las deseemos y busquemos
con tanto ahínco . ¿No son todos estos vanos comercios, supuesto que todo esto
es perecedero y tenemos poca razon en poner en ello nuestro corazon, y que
todas estas cosas en lugar de darle descanso y quietud, no le ocasionan sino
motivos de inquietudes y alborotos, asi para conservarlos y acrecentarlos, si
los tienen, y para adquirirlos si no los hay?
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