Padre del cielo, danos la gracia necesaria para poder
afrontar con fe y serenidad la epidemia
que amenaza nuestra existencia y la de muchos de nuestros hermanos y hermanas.
Haz que asumamos las tareas que nos esperan de manera responsable, y, consolados por Ti, sepamos cómo consolar
también a nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos.
Amén.
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