¿Quieren ver la Diferencia?
* La religión no es solo una, sino cientos.
* La espiritualidad es una.
* La religión es para los que quieren seguir los rituales y la formalidad.
* La espiritualidad es para los que quieren alcanzar la Ascensión Espiritual sin dogmas.
* La religión es para los dormidos.
* La espiritualidad es para los despiertos.
* La religión es para aquellos que necesitan que alguien mas les diga que hacer, quieren ser guiados.
* La espiritualidad es para los que prestan oídos a su voz interior.
* La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas e incuestionables que has de seguirse sin chistar.
* La espiritualidad te invita a razonarlo todo, cuestionarlo todo y decidir tus acciones asumiendo las consecuencias.
* La religión amenaza y amedrenta
* La espiritualidad te da paz interior.
* La religión habla de pecado y de culpa.
* La espiritualidad te dice ya pasó, no te remuerdas por lo que ya pasó, más bien levántate y aprende del error.
* La religión lo reprime todo, te vuelve falso.
* La espiritualidad lo trasciende todo, te hace verdadero.
* La religión se te inculca desde niño, como la sopa que no quieres tomar.
* La espiritualidad es el alimento que tú mismo buscas, que te satisface y es gustoso a los sentidos.
* La religión no es Dios.
* La espiritualidad es el TODO y por lo tanto es Dios.
* La religión inventa.
* La espiritualidad descubre.
* La religión no indaga ni cuestiona.
* La espiritualidad lo cuestiona todo.
* La religión es humana, es una organización con reglas.
* La espiritualidad es DIVINA, SIN reglas.
* La religión es causa de división.
* La espiritualidad es causa de unión.
* La religión te busca para que creas.
* La espiritualidad la tienes que buscar tu.
* La religión sigue los preceptos de un libro sagrado.
* La espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros.
* La religión se alimenta del miedo.
* La espiritualidad se alimenta de la confianza.
* La religión te hace vivir en el pensamiento.
* La espiritualidad te hace vivir en la conciencia.
* La religión se ocupa del hacer
* La espiritualidad se ocupa del SER.
* La religión es lógica
* La espiritualidad es dialéctica
* La religión te alimenta el ego.
* La espiritualidad te hace trascenderlo.
* La religión te hace renunciar al mundo
* La espiritualidad te hace vivir en Dios, no renunciar a El.
* la religión es seguir formando parte de la psicología de las masas.
* La espiritualidad es individualidad.
* La religión sueña con la gloria y el paraíso
* La espiritualidad te hace vivirlo aquí y ahora.
* La religión vive en el pasado y en el futuro.
* La espiritualidad vive en el presente, en el aquí y ahora.
* La religión es un encierro en tu memoria
* La espiritualidad es LIBERTAD en CONSCIENCIA.
* La religión cree en la vida eterna.
* La espiritualidad te hace consciente de ella.
* La religión te da (promesas) para después de la muerte.
* La espiritualidad te da (la iluminación) es encontrar a Dios en tu interior en esta vida en el presente en el aquí y el ahora.
Desconozco su autor.
Más de diez años después de publicada la entrada sobre “Religión y espiritualidad” un autor desconocido envía este larguísimo texto, con una elucubración que para él ha sido útil y que explica aquello de “los últimos serán los primeros”. Como curiosidad y provecho tal vez para alguien, reproducimos el texto recibido en toda su extensión. AD.
SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LOS ESPÍRITUS
Preámbulo:
Son varios los científicos más avanzados y reconocidos en el mundo, que han terminado por creer en Dios, como fuerza creadora de todo lo que existe.
Einstein dijo que “Dios no juega a los dados”, frase interpretada por el científico Michio Kaku, como que nada ocurre por azar. Este gran científico y divulgador actual, como lo fue el fallecido Carl Sagan, reconoce su existencia entre otros muchos, cuando alcanzados los actuales confines de la física cuática, no ven otro desarrollo más allá, que la aceptación de la existencia de Dios.
No obstante, no es la ciencia actual, ni la pasada, ni la venidera, la que nos explicará fehacientemente su existencia. Es un misterio para el ser humano que, por sus enormes limitaciones, nunca llegará a la revelación de lo incognoscible, ni incluso apoyándose en las matemáticas, que es la única ciencia verdadera.
Solamente disponemos de una esencia, que ya los filósofos griegos intuyeron, y es la fe en el espíritu. La “chispa divina” insuflada al barro en el mito de la creación bíblica del hombre.
San Agustín, obispo de Hipona, dijo; “creo en Dios, para entender algo”. Y en esa frase se resume todo.
…/…
A continuación, expongo una sensación cimentada en mis años de observación.
Explicaré mi visión o elucubración espiritual, haciendo uso mental de la figura de una enorme escalera donde cada escalón lo ocupase solamente el espíritu de un ser humano, y que de ser más o menos acertada, serviría para explicar muchas cosas.
Un buen día se asentó sobre el interior de mi mente esta idea que, aunque da pie a que sea una simple y enrevesada intuición, cuando se analiza a fondo ha creado una especie de asentimiento o aceptación entre las escasas personas a las que se la he expuesto.
Nada tiene que ver con la -para mí-, certeza del Más Allá, ni tampoco con nuestro destino como espíritus. Es simplemente una observación que, aplicada a nuestro entorno, creo que sirve.
Repito que es una elucubración.
(Nota: Por elucubración me acojo a la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
2. tr. Imaginar sin mucho fundamento. U. t. c. intr.)
Cada día me refugio más en esa intuición espiritual, así que, sin más preámbulos, ahí va la anunciada teoría a la que no le encuentro mejor nombre:
Comienzo con una serie de acuerdos convencionales, más o menos acertados, pero necesarios para continuar:
1º- Establezcamos que actualmente viven sobre este planeta, unos siete mil quinientos millones de seres humanos y una infinidad de seres, con vida propia, que también luchan por sobrevivir, resistiéndose a su provocada o natural desaparición, evolucionando o mutando; desde las bacterias y virus…hasta otros seres más evolucionados, de los cuales se podría decir que el ser humano forma una continuidad en cuanto a su genética por sobrevivir y reproducirse. Por ejemplo, nuestras mascotas y otros que, sin serlo, muestran un alto grado de evolución, como los primates y delfines, también, por ejemplo.
2º- Igualmente determinaremos, o necesitaremos elucubrar y creer, que los seres humanos llevan consigo un espíritu inmaterial que se alberga en cada cuerpo material, para experimentar en esta vida. Cada espíritu inmortal escogió el momento y en qué cuerpo instalarse, en el mismo instante de ser engendrado y con él, escogió a su familia, su entorno, etc,.
Indudablemente, representa un gran misterio para los seres humanos y en esto nos diferenciamos de los animales que es posible que tengan alma, pero no espíritu.
3º- Llamamos alma, a la energía que atesora una serie de principios y valores en la conciencia, positivos o todo contrario. Pero gran parte de la conciencia, es cultural, por ej.; lo que ayer era escandaloso e inmoral, hoy no lo es y otros principios y valores que considerábamos elevados, hoy no “están de moda”. Además, que el alma es energía y, por lo tanto, materia también, según la archiconocida ecuación de Einstein.
No es una cuestión semántica, porque ya se están realizando experimentos de trasladar la conciencia de unos, a otros cerebros.
4º- El espíritu -acordemos también- no tiene principio ni fin, es la “chispa divina” que se alberga en cada ser, para servir de buen o mal guía al ser humano corporal, según su propia evolución, en su breve y misteriosa experiencia sobre este planeta. Nada sé, sobre otras formas de vida en el infinito cosmos.
5º- Establezcamos también que El Creador nos conduce o guía a través del espíritu, que está creado a imagen y semejanza suya y hacia su Creación regresa en un plano u otro en el no finito tiempo, al desaparecer el soporte carnal. O quien sabe si debe reencarnar para nuevas experiencias como creen otras filosofías espirituales como el hinduismo, el budismo, jainismo, sijismo y también en otras como el gnosticismo y otras religiones filosóficas antiguas del mundo.
6º- Y finalmente, como cada espíritu viene con un grado mayor o menor de evolución (o vibración cósmica), tampoco existen dos espíritus con grados evolutivos iguales.
…//…
La escalera virtual o pirámide:
Situemos a cada espíritu en una virtual escalera compuesta por siete mil quinientos millones de peldaños, que es la hoy aceptada población mundial.
Coloquemos a cada uno en un escalón en orden ascendente según su mayor o menor evolución, bajo la aceptada premisa de que no existen dos espíritus con el mismo nivel evolutivo y por lo tanto, ocupará cada uno, un solo escalón; el que le corresponde. El orden de su colocación sería medido por su mayor o menor grado de perfección espiritual o vibración universal, e imaginemos que tenemos a nuestra disposición un detector de ese grado o nivel espiritual
Establecemos que el más perfecto ocupe el escalón más elevado de la hipotética escalera y por el contrario, el primer escalón sería ocupado por un espíritu cuya evolución es prácticamente nula, o máxima negativa y que por lo tanto, ocupa la base. En palabras sencillas, pero comprensibles, sería el mal absoluto.
Ahora los hacemos descender a todos los espíritus de su orden en la escalera y los revolvemos, instalando a cada uno en cada ser humano que le servirá de albergue en su corta experiencia de vida y pongámoslos a convivir más o menos distribuidos y mezclados sin otro orden ni control, desde la visión espiritual, por todo este planeta llamado Tierra.
Esa es la mezcla con la que convivimos.
Es indudable que el “perfume” o grado de perfección de cada espíritu no es observable por otro ser humano. Solamente nos llegarán atisbos de su superior o inferior nivel, por su comportamiento y que sabrán valorar solamente los seres más evolucionados.
En esta extraña mezcla de convivencia, nada tiene que ver la posición social, o la económica, ni la cultural ni la geográfica, raza, o edad.
Efectos prácticos:
También parece indudable que dos espíritus que hayan ocupado escalones próximos en la anterior colocación virtual, les será mucho más fácil su conexión y empatía en todos los órdenes.
Digamos coloquialmente que les llegarán más fácilmente sus voces.
A medida que se encuentren más alejados y no importa si cada uno de ellos se encuentra en distintos segmentos de niveles altos o bajos, se darán causas de incomprensión, de falta de comunicación, de falta de empatía y de muchos etcéteras más, que inexorablemente acentuarán fuertes choques a medida que el abanico de su lejanía se amplíe.
Y totalmente, al contrario, en cuanto a la cercanía.
Así se explicaría que de la misma familia surjan seres totalmente diferentes aun con la misma educación, genética y circunstancias, o al tratar de unir amigos, o parejas de muy alejados niveles entre sí, con seguro fracaso y sería la explicación al por qué “ése o ésa me caen mal” o “no me entiendo con esa persona”. Con el resultado de que la comprensión mutua y empatía, sería prácticamente imposible.
Y también, al contrario: Coloquialmente hablando, ocurriría eso de sentir “feeling” con alguien, ser afines, con el feliz resultado de sumarse y enriquecerse a sí mismos durante toda su mutua experiencia humana y lo mismo es aplicable a cualquier otro segmento de la población; dos espíritus de bajas vibraciones, realizarán “armoniosamente” tareas destinadas al mal. (uso términos sencillos y maniqueos, bien/mal, por no disponer de otros), pero muy fácilmente detectables por simple observación.
Y deduciendo, pues poco o nada influiría cualquier otra circunstancia como el color de la piel, ni el físico, ni la similar o no extracción social, económica o cultural, edad, etc., como ya repito.
Resumiendo, mucho, serviría de explicación para que dos seres cercanos por circunstancias de vecindad, familia, trabajo u otras, se odien sin tener causas concretas o explicables.
Y aunque con temor de que ésta sea una elucubración espiritualmente “racista”, y no aceptable por algunas religiones o doctrinas, creo que resiste bien a ejemplos y pruebas.
Me apoyo en que existe el Bien y el Mal. Por observación no admite dudas, pero deseo quitarle esa connotación tan simple del maniqueísmo, para cambiarla por “mayor o menor evolución espiritual”.
Pero aún quiero abundar en la aplicación de esta “elucubración”:
Observando de dónde nos viene la injusticia, la absorción de la riquezas y bienes, la promoción de las guerras y casi todos los males, vemos que todo ello emana en mayor medida desde el llamado “primer mundo”, del mundo capitalista, y como a la cola del mal, en esos sátrapas del tercer mundo a los que se les permite expoliar y sacrificar a sus propios súbditos, que no congéneres.
Debo mencionar el gran plan mundial de la Globalización que tiende a conseguir que desaparezcan las clases medias como peligro de ser las únicas capaces de pensar y opinar y por lo tanto de revelarse; así que el plan consiste en crear una sola religión mundial, dócil con sus intereses y para rematar, un solo gobierno -el Nuevo Orden Mundial-, que como objetivo tendría el de crear una global Mátrix.
Esto es; una virtualidad de vida humana robotizada.
Resultando de todo esto, es la de que una ínfima minoría de poderosos actuaría sin contrapoder, porque al inmenso resto de la humanidad, -más de 99%- ya nos habrían convertido, llegado ese momento, en seres dóciles incapaces de usar el cerebro. En una manada de ovejas.
Así pues, ocuparían los más bajos escalones de esta virtual escalera, los seres que integran los grupos del poder mundial en la sombra, y no me atrevo a citar a ninguno.
También se encontrarán por los lugares de la zona más baja de la escalera, esos otros seres anónimos que se complacen en el odio, el rencor, o en el egoísmo desmedido que lleva a la explotación del desfavorecido y en su fase aguda, lleva a la avaricia que es un claro síntoma del espíritu no evolucionado. Todos ellos actuarán en consecuencia para sus fines.
Seguirían situándose en un segmento más hacia arriba, los fieles al “plan”, como es el sistema bancario, las grandes corporaciones Transnacionales, y esos financieros que se aprovechan del “totum revolutum” para empobrecer más a los que ya actualmente esclavizan.
Subiendo un poco más, estaría ocupado ese segmento con millones de peldaños, ocupados por los gobiernos de cualquier ideología política, acompañados por los militares y fuerzas del orden, como “herramienta” necesaria, y que obedientes a este sistema establecido e imbuidos de un enervado nacionalismo, actúan eficazmente para todos los anteriores. Sin las fuerzas armadas destinadas a preservar el “orden establecido”, sería imposible llevarnos del ronzal…y si solamente se ocupasen del orden, pues bien, pero están ahí, como en la sombra, invisibles y transparentes, pero se pueden materializar cuando “ellos”, los de “arriba” (que en esta elucubración, serían los de “abajo”), lo crean necesario…
Observemos a esos seres desprovistos de la facultad de pensar que realizan coreografías perfectas, robotizados y a sus ejércitos que desfilan por cientos de miles como el de Corea del Norte, como ejemplo extremo y al que a una sola orden se les pone en marcha para destruir como una infernal marabunta lo que se oponga a su paso.
Serían estos seres manipuladores los que ocupasen los primeros miles o millones de escalones. El resto de seres ya robotizados estarían carentes de espíritu evolucionado alguno.
Antes de llegar a la mitad de la enorme escalera, ese tramo estaría ocupado por los miles de millones de seres adormecidos y ya convertidos en esclavos virtuales, por el “mantra” servido en todos los medios que incitan al “tanto tienes, tanto eres”.
Esclavizados por el consumo y demás pasiones y ayudados por la ausencia de una creencia en el destino sobrenatural de su ya inexistente o adormecido espíritu, este gran segmento es el más grande de la población mundial.
En esta experiencia de vida, involucionan.
Escalando hacia arriba en esta hipotética escalera espiritual, nos encontraríamos con los escalones ocupados por los miles de millones de seres distribuidos por toda la Tierra, que representan la masa humana, sojuzgada, esclavizada y humillada, sin dudar tampoco que ocuparía cada desgraciado ser un escalón por encima de la mitad de la escalera. Cada uno en su particular esclavitud de vida. Se debiera recurrir a los datos fiables de la FAO, sobre mortalidad infantil por el hambre y enfermedades de todo tipo, cuando la propia Organización asegura que el planeta tiene actualmente la posibilidad real de alimentar y cuidar decorosamente a doce mil millones de seres.
Sobrepasando esa mitad nos encontraríamos los que sin haber dejado totalmente este esquema último, mantendrían algún tipo de conciencia que los fuese “molestando” tratando de tirar de ellos hacia arriba, siendo ésta una ardua tarea. Estarían involucrados en cada particular lucha por evolucionar, tímidamente.
Llegarían mucho más arriba los seres humanos que viven entregados al prójimo necesitado, por estar seguros de que así es el mandato del Creador y de la armonía en el Universo. Los que sin dudar arriesgan su vida para salvar otras, y sin ser prolijo, todos aquellos que para cualquier espíritu despierto son merecedores de nuestra admiración y que nos sirven de espejo y guías.
Por desgracia, no serían una mayoría significativa y ni siquiera representativa, para cambiar el actual “orden de las cosas”.
Los últimos peldaños estarían ocupados por seres que albergan una vibración especial, angelical. Seres que, vestidos de humanos, apenas alcanzamos a vislumbrar. Pueden vivir debajo de una boina de jornalero, vestidos con harapos de mendigo, o con corbata y sombrero, pero todos decididos a cumplir con sus últimos objetivos de ascender hacia su final que es la Luz.
…/…
Indudablemente que no se puede ni se debe caer en el simplismo de que estos segmentos estén limitados por una raya o frontera infranqueable.
También surge como lógico, el movimiento de los espíritus que conseguirían ascender o descender hacia uno u otro peldaño abandonando el inicial, por su personal esfuerzo en mejorar o empeorar, fuese cual fuese su inicial evolución espiritual. Para eso precisamente han encarnado.
Debemos imaginar que esta inmensa multitud, está en permanente movimiento en la parte media de la escalera. Pero en los extremos de arriba o abajo, permanece más estable.
Tampoco es éste el momento para desarrollar que existen seres humanos adornados con todos los atributos inherentes a su condición humana e incluso con una conciencia de orden ético natural, pero carentes de espíritu elevado. Son los agnósticos, los que actúan éticamente, pero debido a su falta de fe, de su no creencia, carecen de esa “chispa divina”, aunque el Creador, sí cree en cada uno de ellos, porque también son sus hijos.
No son capaces de hacer el mal ni el bien, y ahora recuerdo aquello de: “tanto se preocupó durante toda su vida en no hacer el mal, que no tuvo tiempo para hacer el bien”. Terrible frase.
Quien alberga un espíritu evolucionado, lo siente vibrar a través de la parte de su conciencia y alma, conectada con su propio espíritu. Es a través de esa conexión por donde nos trata de llegar un hálito espiritual eterno celestial o lo contrario. Los que no, son similares en todo, -menos en su misión humana-, a los animales depredadores y esta es otra elucubración que no trata de ser un insulto ni mucho menos, por la tal condición de ausencia espiritual… porque “muchos serán los llamados pero pocos los escogidos” y esta posibilidad no representa, ni es una maldición, porque lo que no se desea, lo que no se anhela, pues lógicamente, no se sufre por no ser alcanzado.
Sin embargo, el mal existe y a veces lo tenemos tan cerca que hasta podemos sufrir sus consecuencias.
No correrán este peligro los espíritus inocuos, los que se encuentran lejos de las trincheras de esta cruel lucha que muchas veces llamamos inapropiadamente, “inhumana”, cuando es precisamente, muy “humana”.
Porque más humanas, por lo abundantes, son las servidumbres, los egoísmos, miedos, e injusticias, añadiendo la esencia del mal, como es hacer daño profundo a otro, por hacerlo, por recrearse con el sufrimiento que causa… es el culmen del mal…es la quintaesencia del mal.
Ni los más “excelsos” productores de la injusticia que asola al mundo, alcanzan ese nivel. Éstos actúan por su afán desmedido de poseer los bienes -de los que a todos nos debería corresponder una parte-, por su demencial avaricia, pero no se recrean, no disfrutan por el hambre que producen porque ese no es su objetivo. Si se alían ambos hálitos en un solo espíritu, pues entonces, solamente queda echar a correr lejos de ellos…
Y no es un pensamiento marxista el que expongo, porque este es mi axioma; “a cada uno, se le otorguen según sus capacidades y a cada uno, según sus necesidades”.
El objetivo de alcanzar como sea, ser más, por tener más, tendrá su “premio” en esta tierra. Serán seres elogiados, envidiados, perseguidos e imitados por ser famosos, por triunfadores, pero si les da tiempo en la fase terminal hacia su tránsito, si tenían tapado, o ahogado su propio espíritu, será ahora en ese crucial momento cuando traten de cambiar su vida hacia los bienes imperecederos, pero sería en su tardío y último aliento.
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Para conseguir que este esquema funcione sin apenas rechistar, además de lo expuesto, han debido introducir en el sistema, un nuevo elemento masivo y definitivo: EL MIEDO.
Desde el auto/atentado de las Torres Gemelas, los de Londres, París y Madrid, asistidos por el provocado colofón del terrorismo de orden religioso extremo, la inseguridad se ha instalado en el planeta. La movilidad que para los bienes financieros está permitida e incluso protegida, pero ha sido cercenada para el resto de los seres humanos.
Una personal experiencia que hace abrir los ojos de asombro, la tenemos los que hace casi cincuenta años, iniciamos viajes internacionales en aviones de hélice con escalas en islas como las Azores para repostar, con el pasaje fuera del avión, buscando bayas y moras salvajes en las inmediaciones de los pequeños aeropuertos y las azafatas buscando a los desperdigados pasajeros cuando debían volver a despegar; no existían controles, ni puntualidad en los despegues, ni escáneres en arcos donde obligan casi a desnudarse, ni limitaciones en el equipaje, ni la actual aglomeración, ni asientos incómodos, y casi nula atención al pasaje que, como borregos enjaulados se desplazan de un continente a otro…en aquellos tiempos, he viajado en cabina portando largas flechas y cerbatanas de los indígenas amazónicos, he bebido wiski hasta alcanzar una suave y plácida borrachera, el avión casi vacío, estableciendo cálidas conversaciones con el compañero/a de asiento, etcétera. Hoy, nadie habla con nadie, ni en ese especial entorno que es el de surcar los cielos, ni en tierra; los teléfonos móviles se han encargado de ello.
Ahora, las migraciones del llamado tercer mundo son y serán la ola, el tsunami imparable en las próximas décadas, con resultado de expandir el dolor, la precariedad, la inestabilidad y el hambre.
Miedo; miedo a perder el bien o mal pagado trabajo, miedo a no encontrarlo, miedo a que las pequeñas y medianas empresas desaparezcan absorbidas por las multinacionales que, como buitres, otean el horizonte para deglutir esos cadáveres, que son y eran los mayores creadores de empleo.
La robotización, el hombre/máquina, que pronto será sustituido por la máquina/hombre, ya está tocando en las puertas de la sociedad. Como dice un famoso dicho colombiano, “en la oscura noche de la selva, se oyen pisadas de animal grande”.
Leed “Homo deus”, el libro del profeta del caos, Noah Yuval Harari o escuchadlo en tantos actos presenciales. En resumen, prevé la bien ganada desaparición de esta especie humana a no muy largo espacio de tiempo.
Y si todo esto ocurre y cada vez será peor, ha sido producido cuando el ser humano, en su inmensa mayoría sustituyó el ser, por el tener, y por la ausencia forzada de un Ser superior al que seguir, que es un Dios de Amor, sea cual sea la religión practicada.
Digamos por fin que este posible panorama está expuesto y pintado con brocha gruesa.
También sé que no es un escrito desarrollado con palabras ni conceptos técnicos ni cultos, pero está expuesto de la manera más sencilla que se pueda decir.
Creo -y no es orgullo- y menos aún, petulancia, que por lo menos daría para pensar, aunque si se buscan sus indudables fallos, se encuentran; por eso es una ELUCUBRACIÓN.
Podría añadir un concepto sustentado por muchos pensadores y es que actualmente los que en la historia han gobernado el planeta son los seres con vibraciones más bajas, los peores y eso es tan cierto que no resiste el más somero análisis basado en la evidencia.
Aludiendo a la escritora Karina Saínz, copio:
“Si entendemos a Ciorán en su concepción de que el poder es el mal, su vigencia resulta clarísima, aún 25 años después”
Finalmente: No creo que vengamos a este mundo por casualidad ni en cualquier lugar y entorno, sino cuándo y dónde nos debía tocar a cada uno.
La casualidad, no existe. Es el “guiño” que el Creador nos hace para que sepamos de su existencia, y reaccionaremos, o esta sociedad humana tendrá su merecida extinción por el “éxito” de sus clases dirigentes, ya relatado.
No hemos sido creados por un ser mítico, como Cronos, -derivado en la cultura romana en Saturno-, que devoraba a sus hijos. Hemos sido creados para evolucionar en esta experiencia de vida y los que involucionan, sirven al resto como espejo para no imitarlos.
Descarto a los seres que albergan cerebros dañados por cualquier enfermedad genética o adquirida. En ellos, no reside el mal, aunque lo produzcan, pero sin voluntad para ello.
Finalmente, todos somos necesarios en la obra del Creador, pero podría desaparecer toda una raza en cualquier parte del Cosmos, si avanza hacia su propia autodestrucción.
Pero el mal, jamás triunfará en todos los confines del infinito Cosmos.
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