¡Cuántos milagros efectuados con la invocación del nombre de María! — No hay nada más dulce a las almas santas, ni más provechoso a las pecadoras, que juntar esos dos nombres benditos de Jesús y María y pronunciarlos e invocarlos muy a menudo para acostumbrarse a sacar de ellos la inmensa utilidad que su frecuente repetición lleva a las almas. — ¿Lo haces así tú? — ¿Te has preocupado de estudiar la importancia y la grandeza divina de esta santísimo nombre? — ¿Lo dices muchas veces con verdadero fervor, especialmente en las tentaciones, dificultades, contrariedades y penas de la vida? — ¿Lo tienes sobre todo bien grabado en el fondo de tu corazón?...
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