todo mi bien procede del Santísimo Sacramento;

 


Una persona religiosa a quien Dios concedió ferviente amor al Santísimo Sacramento, escribe en una carta, entre otros, estos afectos: "Conozco -dice- que todo mi bien procede del Santísimo Sacramento; y por esta razón me he entregado y consagrado

enteramente a Jesús Sacramentado."

 

"Veo que hay innumerables gracias que no se conceden porque no se acude a este Sacramento divino; y veo también el gran deseo que nuestro Señor tiene de dispensarlas por este medio. ¡Oh, Santo misterio! ¡Oh, Sagrada Hostia! ¿Qué cosa habrá fuera de ti en que Dios ostente más su poderío?; porque en esta Hostia está cifrado cuanto Dios por nosotros hizo.

 

"No envidiemos a los bienaventurados; que en la tierra tenemos al mismo Señor, y con más prodigios de su amor. Procurad, pues, que todos aquellos con quienes habléis, se dediquen del todo al Santísimo Sacramento. Hablo de esta suerte, porque este Sacramento me saca fuera de mí. No puedo dejar de hablar del Santísimo Sacramento, que tanto merece ser amado. No sé qué hacer por Jesús Sacramentado."

 

¡Oh, Serafines, cuán dulcemente estáis ardiendo de amor junto al Señor vuestro y mío! Y con todo, no por vuestro amor, sino por el amor que a mí me tiene, quiso el Rey del Cielo quedarse en este Sacramento. Dejad, pues, ¡oh. Ángeles amantes!, que se encienda mi alma; inflamadme en ese vuestro fuego, para que juntamente con vosotros arda yo también.

 

¡Oh, Jesús mío!, dadme a conocer la grandeza del amor que tenéis a los hombres, a fin de que a vista de tanto incendio de caridad, crezca en mí cada vez más el deseo de amaros y complaceros. Os amo, Señor amabilísimo; y quiero amaros siempre sólo para agradaros.

 

Jaculatoria. Jesús mío, en Vos creo, en Vos espero, os amo, y a Vos me entrego.

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