Cuenta Santa Hildegarda :vi una masa de aire borrascoso como un fuego
ardiente. Debajo había un lago vasto y negro,
lleno de una podredumbre asquerosa, en la que había gusanos con sólo un ojo que agitaban toda aquella podredumbre con las
colas. Las almas de quiénes habían tenido
cólera con odio y no la habían abandonado mientras vivieron, fueron atormentadas por esta podredumbre asquerosa y
por estos gusanos y fueron quemadas por
el aire ardiente. Lo mismo que ellos habían mostrado la cólera que nunca se
termina con odio tenaz, fueron
atormentados por la suciedad y los gusanos de este lago, por la suciedad debido a su cólera y por los gusanos
debido a su odio. Y sufrieron el fuego ardiente
porque ellos habían llenado su cólera con la furia.
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