En todos partes y en todos tiempos hallamos ejemplos
de cómo Dios se complace en confundir a los soberbios. Y no solamente el
orgulloso es aborrecible a los ojos de Dios, sino que también resulta
insoportable a los hombres. ¿Por qué causa?, me preguntaréis. - Pues porque no
puede avenirse con nadie: unas veces quiere elevarse por encima de sus iguales,
otras quiere igualarse con los que están sobre é1, de manera que nunca puede
estar en paz con nadie. Así es que los orgullosos están siempre en controversia
con alguien, por lo cual todo el mundo los odia, huye de ellos y los desprecia.
No hay pecado que produzca un cambio tan radical en el que lo comete cómo el
orgullo; por é1, un Ángel, la criatura más hermosa, se convirtió en el más
horrible demonio, y entre los hombres, a un hijo de Dios lo convierte en
esclavo de Santán.
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