LOS PROBLEMAS DE LA ASTROLOGÍA

 


Las afirmaciones que los astrólogos han hecho han merecido severas críticas por parte de la comunidad científica. En septiembre de 1975, ciento ochenta y seis prominentes científicos estadounidenses, junto con dieciocho ganadores del Premio Nobel, se pronunciaron en contra de «las pretenciosas afirmaciones de los charlatanes de la astrología», diciendo, entre otras cosas, que no hay ninguna base científica para dar por sentado que las estrellas predicen los acontecimientos e influyen sobre la vida de las personas. He aquí algunas de las razones por las que la práctica de la astrología se debe rechazar por su falta de rigor científico y ser contraria a la Biblia.

 

El problema de la autoridad. Los astrólogos son víctimas de su propio sistema. Carecen de la autoridad objetiva indispensable para explicar nuestro propio mundo. Si todas las cosas están predeterminadas conjuntamente con el zodíaco, ¿cómo los astrólogos pueden dejar de pensar en ese fatalismo para observarlo con precisión?

    ¿Qué tal si los astrólogos mismos estuvieran predeterminados para explicar todas las cosas a través de la astrología? No hay manera de que puedan probar su sistema si ellos mismos son como peones de ajedrez en ese mismo sistema.

 

Sistemas en conflicto. El problema de autoridad en la astrología se pone de manifiesto cuando uno se da cuenta de que existen muchos sistemas de astrología que son diametralmente opuestos entre sí. Los astrólogos de occidente no interpretan el horóscopo de la misma manera en que lo haría un astrólogo chino.

    Aun en occidente, no hay unanimidad de interpretación entre los astrólogos, ya que algunos sostienen que hay ocho signos zodiacales en vez de doce, mientras que otros sostienen que son catorce o aun veinticuatro los signos del zodíaco.

    Con los diferentes sistemas empleados por los astrólogos, ¡una persona puede ir a dos astrólogos diferentes y recibir dos predicciones opuestas por completo para el mismo día! Esto no solo es una posibilidad, sino una realidad también, pues una sencilla comparación entre predicciones astrológicas en los periódicos del día a menudo revelará contradicciones.

 

Punto de vista geocéntrico. La astrología se basa en la premisa de que los planetas giran alrededor de la Tierra, que es lo que se conoce como «teoría geocéntrica». Copérnico demostró que esta teoría era errónea, pues probó que los planetas giran alrededor del Sol y no de la Tierra. Esto es lo que se conoce como «teoría heliocéntrica». Puesto que la astrología se basa en la refutada teoría geocéntrica, su confiabilidad está destruida. Dado que la premisa básica es falsa, todas las conclusiones, aun si son débilmente reinterpretadas con el conocimiento actual y extraídas de esta suposición, son falsas por igual.

 

Los planetas que faltan. Uno de los mayores conceptos erróneos que constituye la base de la astrología tiene que ver con el número de planetas de nuestro sistema solar. La mayoría de las tablas astrológicas se basan en la hipótesis de que hay siete planetas en nuestro sistema solar (incluyendo el Sol y la Luna).

    En tiempos antiguos, Urano, Neptuno y Plutón no eran observables a simple vista. Por consiguiente, los astrólogos basaban su sistema en los siete planetas que creían que giraban alrededor de la Tierra. Desde entonces, se ha probado que el Sol, y no la Tierra, es el centro del sistema solar y que existen tres planetas más en nuestro sistema solar.

 

Gemelos. Un constante motivo de vergüenza para los astrólogos es el nacimiento de gemelos. Dado que nacen al mismo tiempo y lugar, tendrían el mismo destino. Lo lamentable es que ese no es el caso, pues la experiencia nos demuestra que dos personas que nacen al mismo tiempo pueden vivir vidas diferentes por completo. Una quizá resulte ser muy exitosa, mientras que la otra termine siendo un fracaso. El hecho de que los gemelos no viven las mismas vidas indica otra falla de la teoría.

 

Perspectiva limitada. Un serio problema de la astrología es su perspectiva limitada. La astrología nació en una zona próxima al ecuador y no se tomó en consideración a los que vivían en latitudes donde los signos zodiacales no aparecen durante los mismos períodos.

    Como lo señala Michel Gauquelin: «La astrología, que empezó en latitudes relativamente cerca de la línea ecuatorial, no previo la posibilidad de que hay planetas que puede que no sean visibles (en las latitudes más altas) durante varias semanas seguidas» (Michel Gauquelin, Los relojes cósmicos, Henry Regnery Co., Chicago, IL, 1967, p. 78).

    Dado que este es el caso, uno de los pilares básicos de la astrología actual se desmorona, como Van Buskirk señala: «Es muy difícil que la astrología tenga una base científica fundamentada en su propia premisa de que el microcosmos refleja la influencia del macrocosmos, cuando uno de los microcosmos (el hombre) por encima de los sesenta y seis grados de latitud se queda sin influencias debido al cosmos» (Michael Van Buskirk, Op. Cit., p. 9).

 

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