Señor Jesucristo, te pido, por el ardiente amor que separó tu alma santísima de tu cuerpo adorable, que mi corazón herido de amor y roto de dolor logre apaciguar tu justa indignación. Virgen Santísima, feliz puerta del cielo, dame una lágrima de tu Hijo y un suspiro de tu corazón traspasado de dolor a los pies de la cruz. Suple tú mi contrición y recibe mi alma entre las de aquellos que por intercesión tuya alcanzan el perdón de sus culpas y la vida eterna. ¡Oh mi fiel ángel de la guarda, te encomiendo el último instante de mi vida. Asísteme tan poderosamente contra mis enemigos que pueda salir vencedor en el último combate y morir así en el amor y por el amor de mi Dios y dulcísimo Salvador mío. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario