Me pongo en pie hoy con el poder del Señor Dios omnipotente para llamar a las huestes celestiales, a los santos ángeles de Dios, para que rodeen, protejan y limpien con la luz santa de Dios todas las áreas que hayan sido desocupadas por las fuerzas del mal.
al Espíritu Santo que inunde mi mente, corazón, cuerpo, alma y espíritu, creando así en mí hambre y sed de la Palabra sagrada de Dios y me llene con la vida y el amor de mi Señor, Jesucristo.
alejando influencias demoníacas Por el poder del Señor Jesucristo de Nazaret, me enfrento a todas las fuentes de pecado en mi vida.
Comentarios
Publicar un comentario