Se reza con un rosario común.
Al comenzar decimos:
–
¡Oh! Jesús, Redentor divino, sé misericordioso con nosotros y con el
mundo entero.
–
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y
del mundo entero.
–
Perdón y misericordia, Jesús mío, cúbrenos de los peligros con tu
Preciosa Sangre.
–
Eterno Padre, ten misericordia de nosotros por la Sangre de
Jesucristo, tu Único Hijo.
En las cuentas del Padrenuestro se dice:
Eterno Padre, yo te ofrezco las llagas de Nuestro
Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas.
En las cuentas del Avemaría se dice:
Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de
tus santas llagas.
Al terminar el Rosario se dice tres veces:
Eterno padre, yo te ofrezco las llagas de Nuestro
Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas.
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