DE LAS VISIONES DE SAN TA HILDEGARDA:
DIJO EL DEMONIO DEL LA IMPIEDAD;
“No quiero obedecer ni a Dios, ni al hombre.
Si obedeciera a alguien, me mandaría
hacer lo que
le interesare a él, no haría caso de mis intereses, y podría decirme:
¡Márchate!
Pero esto no ocurrirá. En efecto, si alguien me ofende, yo se lo devolveré
centuplicado,
y arreglaré mis asuntos de modo que nadie se atreva a resistirme. No
quiero yacer
bajo los pies de nadie. Solo tendré en cuenta mi provecho, como hacen
todos los
que no son estúpidos. Dios quiere que yo haga lo que a Él le agrada, pero no
lo haré a
menos que también me beneficie”.
RESPUESTA DE SSANTA HILDEGARDA
Y de nuevo
oí una voz de la nube tempestuosa que dije, que contestó: “Tú eres
diabólica y
cruel, y tienes gran maldad en el corazón. Si Dios permitiera que tú hicieras
todo lo que
quieres, ¿quién sería Él entonces? Si Dios te devolviera bien a cambio de
los males
que realizas, ¿dónde estaría el cetro de su poder? En cuanto has comenzado a
hacer mal,
Dios te ha arrojado como un plomo al infierno, donde todas las criaturas te
perseguirán.
Por tanto, ¿dónde está ahora tu poder? En ti se alojan tinieblas, blasfemias
y desprecio.
¿Dónde descansas? En los insultos. ¿Dónde encuentras paz? En la
confusión.
¿Dónde moras? Allá dónde cada uno está contra el otro, dónde siempre hay
infelicidad,
donde se llevan a cabo homicidios con la crueldad del derramamiento de
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