Un hombre con muchos seguidores por su elocuencia en la Ciudad . Adoleció de muerte , llamó al Confesor , confesó todos sus pecados con temor de la muerte , que presente tenía. vertió muchas lágrimas , prometiendo al Confesor la enmienda de vida . Recibió el Viático y la Unción , murió al fin con todos los Sacramentos se celebró su entierro con gran pompa y ostentación y acompañamiento de la gente noble , hasta el mismo Cielo parece que quiso honrar el entierro del difunto , pues se puso sereno con una suave marea , de manera que todos decían :
-Dichoso hombre à quien tanto Dios ha honrado en vida y en muerte en vida , pues tantos bienes del cuerpo derramó sobre él , de nobleza , de hermosura , de riqueza ,en muerte , tan numeroso y noble acompañamiento le ha seguido y al fin ha muerto como buen Cristiano , recibiendo todos los Sacramentos con tanta piedad , devoción y lágrimas .
Pero qué diferentes son los juicios de los hombres , de los de Dios! Después de pocos días se le apareció a un su gran amigo , diciéndole , como se había condenado y había de penas en los infiernos una eternidad . Dijo el amigo :
-Pues no te confesaste y recibiste los Sacramentos ?
-Si , pero me faltó el verdadero dolor y propósito de la enmienda ; porque aunque prometí enmendar mi vida , pero decía interiormente mi conciencia , que si convalecía no podría vivir sin mis gustos y deleites malditos . A esto se inclinaban más la voluntad , que el propósito firme de enmendarme y así Dios me quitó la vida y me lanzó a los infiernos .El que en sana salud no se acostumbra a hacer firmes propósitos de enmienda , a la hora de la muerte como los sabrá hacer ?
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