¡Oh, Sagrado
Corazón de Jesús y Corazón Inmaculado de María, esperanza de la humanidad!
Esperanza porque en su perfecta comunión de amor por Dios y los seres humanos,
se han entregado a la obra de la salvación del mundo; a través de esta
consagración deseamos participar, desde nuestra pequeñez, en los designios de
Misericordia que los Sagrados Corazones de Jesús y de María están manifestando
en la humanidad.
Deseamos ofrecer
nuestras vidas en amor y reparación a los Corazones de Jesús y de María. A
ellos confiamos la unidad y el amor de nuestro matrimonio y la paz en nuestra
familia, y deseamos con todo nuestro ser promover y establecer en todos los
corazones, el reinado de amor de los Corazones de Jesús y de María, para la
gloria de Dios Padre, en el Espíritu Santo. Confiamos también nuestra familia y
cada uno de sus miembros a San Miguel Arcángel, y lo tomamos como nuestro patrón
y protector, y como guardián de la salvación y santificación de nuestras almas.
Por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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