el demonio que atormentaba a la padre pio



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Veamos el caso de Francesca. Anota fray Benigno: He rezado por ella con exorcismos durante dos años y medio, desde el 5 de noviembre de 2001 al 5 de marzo del 2004, una vez al mes en los dos primeros años y, en los últimos cuatro meses, más frecuentemente. Cuando le echaba agua bendita o una reliquia de un santo tocaba su cuerpo, reaccionaba violentamente... Durante las letanías de los santos, el demonio se manifestaba y declaró que, desde los 16 años, la poseía (Ella tenía en ese momento 34 años y estaba casada). Al principio se le había manifestado con crisis de rabia, que los médicos decían que eran convulsiones histéricas. 

 

Normalmente, después de cada exorcismo, quedaba liberada por espacio de un mes y después volvían los problemas, sintiendo odio a todo el mundo… En el exorcismo del 15 de enero del 2002 dijo que era Belcebú y que tenía consigo un ejército de demonios... En el exorcismo del 28 de mayo del 2002 declaró que estaba obligado a regresar cada vez que aquella señora rehacía el rito (probablemente alguna bruja le hacía de nuevo el maleficio). El 17 de octubre Belzebú declaró que tenía consigo un espíritu muy fuerte, Dijo: “Te haré sufrir como le hice sufrir a Francisco”. “¿Qué Francisco?”. “Francisco Forgione”, nombre de bautismo de san Pío de Pietrelcina. Le dije que el Señor me cuidaba. Y él respondió: “Es verdad, no puedo hacerte nada, porque hay un ángel que te guarda”. 

 

Le volví a hacer exorcismos por todo el año 2003 una vez el mes. Varias veces me escupió al reconocer que allí estaba el padre Pío. El último exorcismo fue el 5 de marzo del 2004. El demonio comenzó a gritar que allí había unos rayos de luz que le quemaban los ojos. Al intuir que allí estaba la Virgen María, comencé a invocarla con fe, lo que provocó una reacción furibunda de su parte y, por fin, el demonio salió definitivamente y para siempre. Francesca afirmó que antes del último exorcismo, se había encomendado a san Pío, pidiéndole que rogara a la Virgen María que intercediese para su liberación definitiva. Esa oración fue escuchada y hoy Francesca, después de más de tres años, vive en continua acción de gracias por lo que el Señor ha hecho en su vida por intercesión de la Virgen María y del padre Pío 



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