El obispo Andrea Gemma escribe: Un día me trajeron a un jovencito de trece años, llamado Pascualino, llevado con dificultad por dos hombres robustos en una silla y acompañado por su madre. El chico no podía caminar solo, a pesar de que los médicos no habían encontrado en él nada malo. El calvario de la familia había comenzado varios años antes, desde que Pascualino estaba en el vientre de su madre. Me dijo su madre que, cuando era muy niño todavía, tenía el vientre tan hinchado y duro que parecía de piedra. Los médicos lo operaron y no encontraron nada malo. Todo estaba normal.
Era un caso de maleficio que le hicieron a su madre, cuando el niño estaba todavía en su vientre. Por eso, cuando empecé a orar por el chico, su madre comenzó también a sufrir inexplicables dolores. Así estuve rezando por él cada semana, durante algún tiempo. Después de varias sesiones de oración, parecía que no había adelanto en su curación. Hasta que llegó un día en que yo estaba en Sicilia, invitado a predicar en el santuario de Nuestra Señora de la Consolación de Paterno (Catania) y, antes de tomar el avión en el aeropuerto de Catania para regresar a mi casa en Iserna, quise visitar la Roca de Belpasso, un lugar mariano donde se cree que se apareció la Virgen María. No tenía mucho tiempo y me recogí en oración intensa. Le hablé a María de Pascualino. Mi oración estaba llena de esperanza.
Al día siguiente, después de haber descansado toda la noche en mi casa, sonó el teléfono y me dijeron con alegría que Pascualino caminaba y que estaba libre del poder del demonio. Algunos días después, Pascualino vino con sus familiares a visitarme para poder constatar personalmente el milagro realizado después de la fervorosa oración que había hecho ante la Roca de Belpasso. Fue para todos una alegría increíble y un milagro extraordinario . El poder de intercesión de María es muy poderoso contra el poder del maligno. El mismo obispo Andrea Gemma ha afirmado en repetidas ocasiones que el demonio le ha dicho que, si no fuera porque la Virgen lo protege, lo habría aplastado hace mucho tiempo.
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