OH, GRAN SAN ELÍAS, que invocaste el Nombre del Señor diciendo:
“Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, que se reconozca hoy que Tú eres Dios en Israel […] Cayó el fuego del Señor que devoró el holocausto y la leña, lamiendo el agua de las zanjas”. (1Re 18).
Oh, gran san Elías, que restableciste el altar del Señor que había sido derribado y que diste orden al pueblo de agarrar a los profetas de Baal para que ninguno de ellos escapara a la muerte; pídele hoy al Dios Vivo ante el cual estás, que cambie el corazón de aquellos que han abandonado sus mandamientos para ir a los baales, para que se conviertan y cesen de invocar el nombre de sus dioses con el fin de hacer caer a los servidores de la santa Iglesia.
Haz, san Elías, que a la hora de la oblación vespertina, los que comen en la mesa de Jezabel cesen de perseguir a los sacerdotes de Jesucristo y de empujarlos hacia la vía de la traición. Restablece el altar del Cordero Inmolado e invoca el fuego de Dios sobre los sacerdotes y sacerdotisas de Baal que tratan de acabar con la oblación en el santuario del Señor (Dan 9, 27).
¡Que Él mismo se haga cargo de esos falsos profetas y que ni uno solo escape a su juicio! San Elías, te lo pedimos encarecidamente y te pedimos que intercedas ante el Señor Sabaoth, Dios de los Ejércitos celestiales, para que sean protegidos de su magia el Santo Padre, nuestros obispos y nuestros sacerdotes. Amén
Bendito sea Dios en sus Ángeles y Santos.San Elías rogad por todos los Sacerdotes.
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